En unas cuantas semanas las perspectivas de la economía mundial cambiaron por el impacto del Covid-19. El Fondo Monetario (FMI) ha declarado que el efecto será aún más grave que el de la crisis global de 2008-2009. El futuro es aún muy incierto, porque se desconoce la real magnitud de la pandemia.

The Economist Intelligence Unit (EIU) en su pronóstico más reciente vislumbra una contracción del PIB Mundial de 2.2%. Sólo tres países del G20 se escaparán de la recesión, de acuerdo con sus estimaciones. Es difícil vislumbrar de acuerdo a ellos una estrategia de salida, después del confinamiento, por lo que la incertidumbre continuará. Adicionalmente, la combinación de mayor gasto público y menores ingresos fiscales pondrá a muchas naciones al borde de una crisis de deuda.

Estados Unidos y México caerán también en una recesión “histórica”. Las estimaciones sugieren que el primero tendrá una reducción del PIB cercana a 3%, en tanto que para nuestro país la proyección más pesimista -la de JP Morgan- la ubica en 7%.

El paro económico en la nación estadounidense ha significado ya que las peticiones de ayuda por desempleo superen 3 millones. Para un comparativo, en 2008, en el punto más alto, se registraron 665 mil individuos. Así, la tasa de desempleo podría alcanzar 13% en mayo, superando la de 10% en 2009. Sin duda, esto cambia la perspectiva de reelección del presidente Trump y la pone en riesgo.

La combinación de la epidemia del coronavirus y el desacuerdo entre Arabia Saudita y Rusia en la reducción de la producción del petróleo mandó los precios al piso. Con esta fuerte caída (la mezcla mexicana está en su punto más bajo en 18 años), el panorama se complicó mucho. Por eso no debe de sorprender que la calificación crediticia de México fuera reducida por la agencia calificadora Standard & Poor’s. La perspectiva negativa se mantiene, lo que implica la posibilidad de una nueva reducción de la nota en el corto plazo; es decir, se mantiene el grado de inversión, pero con gran susceptibilidad a efectos adversos.

En este entorno, la inversión se verá fuertemente afectada, aún más después de la cancelación de la planta de la cervecera Constellation Brands en Mexicali, resultado de una consulta que hiciera el presidente López Obrador. Esta acción seguramente significará un gran revés a la confianza, luego de que precisamente el año pasado cayera en 5% la llegada de capitales extranjeros, en momentos además de estrechez económica por los impactos del Covid-19 y cuando la economía mexicana ya se encontraba estancada. Asimismo, la afectación y la caída prevista en la economía estadounidense terminarán reduciendo el envío de remesas, importante para sostener el consumo y las exportaciones, dos motores de la economía mexicana.

El G20 es ya urgido en la creación de un fondo humanitario y el FMI insta a los países a dar estímulos fiscales, porque los considera críticos a empresas y familias, particularmente vulnerables. En tanto, en Estados Unidos el Senado aprobó un histórico paquete de 2billones de dólares, de los cuales 864 mil millones son para empresas. En México aún estamos en espera de esa estrategia integral ante el Covid-19. Como muchas voces ya lo han expresado: “apoyo, promoción, subsidios, red de seguridad social y protección al empleo, son urgentes en este momento, sin precedente”.

Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac México, campus Norte 
idea@anahuac.mx 

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