Es claro que existen brechas de género en muchas dimensiones, desde luego, una muy importante es la salarial. Sin embargo, la digital, es por demás relevante ya que deja de lado a niñas y mujeres fuera de áreas estratégicas de educación, de la innovación tecnológica y de la inserción laboral. El Banco Interamericano de Desarrollo, BID Invest y BID Lab, han estimado que si se cerrara la brecha de género digital y tecnológica se podrían sumar 2 billones de dólares al Producto Interno Bruto Mundial (PIB).

Son la falta de acceso, educación, de uso y de capacitación a la tecnología, los tres elementos que generan, principalmente, la brecha digital entre hombres y mujeres y que de no tomarse medidas radicales, muchas mujeres quedarían excluidas laboralmente, por su menor calificación ante la eminente automatización y transformación digital. Las mujeres de hecho están sobre representadas en las actividades que pudieran ser robotizadas y que pudieran desaparecer.

Las políticas de equidad de género también deben alcanzar a los sectores de tecnología: no solo con acceso laboral y salarial, sino en la consecución de competencias, obtención de mejores condiciones para la adquisición de dispositivos y de pago, entre otros. De hecho, la empresa puede trabajar en estos aspectos para poder lograr la certificación EDGE, para mejorar sus políticas de equidad de género. Las empresas bajo este estándar tienen un sistema estructurado y sistemático para medir, rastrear y cerrar “la brecha de género”, a través de indicadores cuantitativos y cualitativos, que incluyen:

• Igualdad de Remuneración por trabajo.

• Reclutamiento y promoción.

• Capacitación y tutoría para el desarrollo de liderazgo.

• Trabajo flexible.

• Cultura Empresarial.

Una vez que más mujeres no queden excluidas en estos ámbitos digitales y tecnológicos, las oportunidades de negocio de las empresas del ramo aumentan. Ellas serán consumidoras de dispositivos, tiempo aire, datos, generarán mayor productividad, y desarrollarán mayores emprendimientos con base tecnológica etc. lo que completa un círculo virtuoso en su inclusión en la tecnología.

Las empresas de este ramo incluso pueden segmentar sus mercados por género, haciendo estrategias comerciales en aquellos sectores donde las mujeres estén más subrepresentadas.

De esta manera, las plataformas digitales pueden ofrecer capacitación y mentoría para que las mujeres emprendedoras puedan aprovechar mejor la venta en línea de sus productos, mediante el establecimiento de “market places”. De acuerdo con la UNCTAD, las mujeres presentan muchos obstáculos para iniciar y hacer crecer negocios digitales, tales como: sesgo de género; menor participación en la toma de decisiones y un acceso desigual a fondeo y tecnología.

La educación financiera digital, también cobra mayor relevancia post pandemia, cuando la transformación en este campo se adelantó varios años. Así la digitalización de los servicios se exponenció; luego la industria financiera juega un papel fundamental para cerrar esta brecha digital de género. De igual manera, un estudio de preferencias y elección de servicios por mujeres en la cartera de clientes de grupos financieros permitiría atenderlas mejor de acuerdo con sus necesidades: montos, tasas, productos, plazos etc. En este sentido, destacan proyectos exitosos como el de “Mujeres al Mundo” que promueve HSBC y que tiene cuatro ejes: capacitación, servicios financieros, apoyo al comercio y networking con otras mujeres; así 19 mil empresarias y emprendedoras están creciendo y están siendo apoyadas por esta iniciativa.

En resumen, la dotación de infraestructura digital: conectividad y accesibilidad al internet es el primer prerrequisito, para empezar a impulsar la equidad de género en la economía digital. Según el informe Gender Digital Divide del USAID, más de la mitad de las mujeres del mundo están desconectadas, solo 48% del total usan internet (vs. 58% del total de los hombres); en los países en desarrollo, la brecha es mayor: 41% vs. 53%, respectivamente. Una vez más son motivos económicos y falta de capacidades y acceso, las principales razones detrás de estas estadísticas.

La mayor participación de las mujeres en la tecnología y la ciencia, es un detonador para mejorar la calidad de vida de ellas, su familia y comunidad; así como la generación de riqueza en los países, ¡aún estamos en deuda!



Coordinadora de la Maestría en Economía y Negocios y Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte

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Twitter: @IDEA_Anahuac

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