Por Ernesto Hernández Norzagaray / Latinoamérica21

Hasta hace unas semanas, Xóchitl Gálvez era una más entre las senadoras de la oposición y hoy es la más seria aspirante a la candidatura presidencial en el recién constituido Frente Amplio por México, integrado por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

A pesar de haber pasado desapercibida hasta hace muy poco tiempo, un suceso de la política autoritaria del presidente la catapultó. Andrés Manuel López Obrador, en un exceso durante su conferencia diaria, la señaló con nombre y apellido como una de las políticas que se han opuesto a la vigencia de los programas sociales como la Pensión a los Adultos Mayores, Jóvenes Escribiendo el Futuro y Sembrando Vida, entre otros.

Ese señalamiento, que resultó ser mentira, lo llevó a instancias judiciales y un juez le otorgó a la senadora el derecho a réplica. Seguidamente, esta se apersonó en el Palacio Nacional, donde se celebra la conferencia diaria, tocó la puerta, pero no fue atendida y ese rechazo la visibilizó como posible candidata del frente a la Presidencia de la república.

Xóchitl Gálvez proviene de la población otomí del estado de Hidalgo, uno de los más pobres del país. De niña trabajó para apoyar a su familia y, siendo muy joven, migró a la Ciudad de México, donde, gracias a una beca, estudió en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para luego convertirse en una empresaria de la robótica. Xóchitl Gálvez, sin embargo, no perdió el contacto con su comunidad y, más tarde, trabajó durante el gobierno de Vicente Fox como comisionada nacional de los pueblos indígenas, labor que la llevó a iniciar su carrera política.

Más tarde fue jefa delegacional en la Ciudad de México, candidata fallida a gobernadora de su estado y senadora, pero sin pertenecer a un partido político, lo que, para algunos observadores, la posiciona como una outsider de la política mexicana.

Desde el Senado de la república ha ido trabajando para alcanzar la nominación de la oposición para jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y las encuestas de intención de voto la ponen en los primeros lugares. Sin embargo, tras el desplante en el Palacio Nacional decidió buscar la candidatura a la Presidencia de la república en 2024. Y hoy su figura se destaca entre los aspirantes no partidizados.

La visibilidad de Gálvez ha causado alarma en el Palacio Nacional y entre los llamados “corcholatas”, como se conoce a los candidatos oficialistas, que están recorriendo el país para que a finales de agosto se decida, mediante una encuesta, quién de los seis aspirantes será el candidato. Se trata de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el exsecretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, y los senadores Ricardo Monreal y Manuel Velasco, y el diputado federal Gerardo Fernández.

Actualmente, Xóchitl Gálvez está en todos los medios, mientras que la presencia de los “corcholatas” se viene reduciendo y es probable que eso continúe de aquí a finales de agosto.

Esto ha hecho que la Presidencia haga una fuerte campaña en contra de la candidata y los medios adictos al Gobierno con algunas críticas que rayan en la violencia de género y la misoginia. No hay que olvidar que al comienzo del período la senadora rechazó, por su “voz independiente", una invitación de López Obrador para participar en su gobierno.

Un aspecto que le está jugando en contra a la candidata son los métodos para producir su candidato(a) presidencial, ya que oficialmente la campaña electoral no empieza sino la última semana de noviembre. Lo que ha venido ocurriendo, en uno y otro bando, son actos anticipados de campaña, lo cual ha provocado reacciones y críticas como las del partido Movimiento Ciudadano. Sus dirigentes consideran que se está violando el principio de equidad en la competencia y que la justicia electoral debería intervenir.

En definitiva, con un gran despliegue de recursos entre los aspirantes “corcholatas” y, los aspirantes de la oposición, que se dividen entre quienes podríamos considerar “partidizados” y los outsiders, entre los que se encuentra Xóchitl Gálvez.

La final se perfila entre dos egresadas de la UNAM: la física Claudia Sheinbaum y la ingeniera en computación Xóchitl Gálvez.

Ernesto Hernández Norzagaray es profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Doctor en Ciencia Política y Sociología, por la Universidad Complutense de Madrid. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México.

, medio de comunicación plural comprometido con la difusión de información crítica y veraz sobre América Latina. Síguenos en

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS