Por María Villarreal/Latinoamérica21

El miércoles, a días de las elecciones, durante un mitin en el colegio quiteño Anderson, fue asesinado a tiros Fernando Villavicencio, candidato a la presidencia de Ecuador. El presidente Guillermo Lasso declaró el estado de excepción por 60 días en todo el país. El primer asesinato de un candidato a la presidencia en la historia del país supone un atentado contra la democracia y deja en evidencia la profunda crisis y la ola de violencia política sin precedentes que vive Ecuador. Este acto, precedido de amenazas y un atentado por parte de grupos criminales, refleja el creciente desafío del crimen organizado transnacional para los países latinoamericanos y marca un punto de inflexión para El presidente Guillermo Lasso.

Villavicencio era periodista, exasambleísta y candidato a la presidencia por el Movimiento Construye. Fue un acérrimo opositor del gobierno de Rafael Correa y durante su administración denunció presuntos casos de corrupción y fue sentenciado a 18 meses de cárcel en 2014, pero no llegó a cumplir la condena porque se ocultó en la selva amazónica.

En 2016 un juez ordenó su encarcelamiento por la revelación de informaciones reservadas. En dicha ocasión se refugió en Lima y en 2017 regresó al país durante el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021). Desde entonces, Villavicencio mantuvo un activo perfil político y contaba con resguardo policial, denunciando en los últimos años la actuación del crimen organizado. Villavicencio era también estrecho colaborador del gobierno de Guillermo Lasso. Su asesinato, que ha conmocionado al país, y es que sólo este año han sido asesinados cuatro políticos locales de diversas tendencias.

En medio de este escenario, en las próximas elecciones del 20 de agosto los indecisos superan el 50%, pero diversas encuestas afirman que Luisa González (candidata por la Revolución Ciudadana), encabeza la intención de voto e incluso tiene posibilidades de ganar en el primer turno.

El 20 de agosto en Ecuador se realizará también una consulta popular histórica que puede poner fin a seis décadas de extractivismo petrolífero en el Bloque ITT, ubicado en el centro del Parque Nacional del Yasuní. Este parque, creado en 1979 y declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, es considerado uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta y refugio de los Tagaeri y Taromenane, los últimos grupos de población indígena en aislamiento voluntario del país. La centralidad de esta consulta reside en la posibilidad de empezar a construir un modelo alternativo al extractivismo que busque garantizar un bienestar sustentable y centrado en los intereses de las mayorías.

Ecuador es hoy un país herido de muerte que requiere un proyecto de unidad, paz y reconstrucción nacional urgente. En este contexto, es fundamental evitar la instrumentalización de asesinatos como el de Fernando Villavicencio e impedir la criminalización de cualquier movimiento político. Frente a las amenazas del crimen organizado y de fuerzas desestabilizadoras, el mejor antídoto es la concertación nacional y el correcto desarrollo de las elecciones previstas, con observación y apoyo de la comunidad internacional.

Aunque se tratará de un gobierno de transición, la próxima presidenta o presidente del país tendrá una tarea hercúlea en la que reconstruir Ecuador y garantizar la democracia, la seguridad ciudadana y la justicia social deben ser la prioridad.

Cientista política. Profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal Rural de Rio de Janeiro (UFRRJ) y del Postgrado en Ciencia Política de la UNIRIO. Doctora en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid.

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