Como habían previsto las encuestas, ninguno de los 25 candidatos que se presentaron a la primera vuelta electoral consiguió el 40% de los sufragios, por lo que Costa Rica irá a una segunda ronda el próximo 3 de abril entre los dos candidatos más votados. Si bien las encuestas acertaron en que José María Figueres, del socialdemócrata Liberación Nacional, obtendría el mayor apoyo (obtuvo el 27,4%), ninguno de los sondeos previó que Rodrigo Chaves sería el segundo candidato más votado. Chaves, quien ocupaba la cuarta posición con apenas el 9% en intención de voto superó a Nineth Saborío del partido socialcristiano que contaba con una intención del 15% y a Fabricio Alvarado, del partido confesional evangélico, que contaba con el 13%. Luego de los primeros conteos y una estrecha diferencia entre Alvarado y Chaves, finalmente ha sido este último quien deberá competir con Figueres en la segunda vuelta.

Por Enrique Gomáriz Moraga/Latinoamérica21
 

Dos datos no menos sorprendentes han surgido de esta cita electoral. El primero, referido al incremento del abstencionismo, que ha pasado del 30% promedio al 41%. Existe coincidencia acerca del peso que ha tenido la delicada situación sanitaria que ha provocado la pandemia en Costa Rica. De hecho, el líder liberacionista, Oscar Arias, anunciaba la víspera que, por consejo médico, no iría a votar en su colegio electoral. Todo indica que una proporción importante de las personas adultas mayores han adoptado esa misma decisión. La abstención entre los jóvenes guarda relación con el segundo gran fenómeno de la jornada: la estrepitosa derrota del partido de gobierno, de Acción Ciudadana, que no ha obtenido ni un 1% en esta elección.

Este ínfimo apoyo electoral sí había sido previsto por las encuestas. Pero dado el nivel de indecisos que se ha mantenido hasta el final de la campaña, en torno al 40%, el cual incluía una alta proporción de voto oculto, muchos observadores preveían un apoyo final al PAC más elevado. Sin embargo, este partido ha protagonizado algo que sucede por primera vez en la historia de Costa Rica: el partido oficialista saliente no sólo pierde rotundamente las elecciones, sino que queda fuera del parlamento nacional.

Este fenómeno es insólito también porque su candidato se adhirió públicamente al progresismo que tan buenos resultados obtuvo al sur del continente. Es probable que una parte del abstencionismo joven proceda de quienes no repitiendo su voto al PAC hayan preferido la abstención.

La otra gran derrotada de la jornada ha sido la candidata socialcristiana, Nineth Saborío. Desde el comienzo de la campaña las encuestas pronosticaron que sería quien acompañara a Figueres en la segunda vuelta. Pero pronto aparecieron las falencias de la aspirante, una política experimentada en las administraciones de su partido, caracterizada por el discurso sin concreción, que todo lo apuesta a una negociación ulterior, sin lineamientos de partida.

Por ello, en los debates, los contendientes insistieron en solicitarle propuestas concretas pero no obtuvieron más que promesas de negociaciones. En los últimos encuentros televisados, la

candidata quiso refugiarse en una imagen de mujer políticamente acosada, que parece haber sido contraproducente. Algunos dirigentes históricos de su partido, como Luis Fishman, advirtieron del error de haber propuesto su candidatura, algo que se ha confirmado con la diferencia entre el apoyo en diputados, donde el PUSC logra mantener su caudal, y la caída de Saborío, que al final queda cuarta en la carrera electoral.

Rodrigo Chaves, del nuevo partido Progreso Social Democrático, ha dado la sorpresa pasando a la segunda ronda, al pasar de una intención de voto de 4% al inicio de la campaña a obtener el 16,65% de los votos. El economista del Banco Mundial, ex ministro de Hacienda del actual gobierno del PAC hasta que renunció por desacuerdos con el Presidente Carlos Alvarado, presenta un diagnóstico descarnado de los factores que han llevado a la crisis económica y política de la coyuntura actual y también propone soluciones contundentes para encararlos. Su discurso es percibido de forma controversial: por unos, como autoritario y soberbio, que se plantea únicamente desde la suficiencia técnica, mientras que para otros es la propuesta robusta y firme que el país necesita para salir del

Este candidato ha logrado, además, pasar a la segunda ronda superando las acusaciones de acoso sexual que recibió durante su función en el Banco Mundial, las cuales, si bien no quedaron probadas en el proceso del Banco, han sido utilizadas insistentemente por sus contrincantes. De hecho, tras el último debate, las redes sociales daban por muerta la candidatura de Chaves, por cuanto sufrió un bombardeo sistemático. Varios observadores apuntan que es difícil dilucidar si estos señalamientos han restado apoyo a Chaves (quien habría obtenido aún más votos de no haberse producido), o, todo lo contrario, fueron entendidos como ataques personales al candidato, que inclinaron la votación a su favor.

Las sorpresas surgidas en esta primera vuelta aumentan la dificultad de vislumbrar cuál será el resultado de la segunda. Ambos candidatos coinciden en que el país se encuentra en lo que califican como una emergencia nacional, pero difieren en cómo enfrentarla. Para Figueres, la crisis se superará abriendo el país al mundo y dando un salto tecnológico, sobre todo en materia energética y de conectividad, lo que requiere cambios en la educación, mientras sólo plantea reformas moderadas en la institucionalidad existente.

Chaves, por el contrario, pretende armonizar la inducción en Costa Rica de programas internacionales exitosos con modificaciones sustanciales en la institucionalidad pública y privada del país. Otra diferencia refiere al hecho de que Figueres cuenta con un amplio equipo de cuadros y Chaves apenas está constituyendo los suyos.

El hecho de que Figueres haya superado a Chaves por diez puntos en esta primera ronda, hace pensar que el cálculo de probabilidades favorece al candidato liberacionista. Sin embargo, las encuestas muestran un alto voto de rechazo para José María Figueres, que se ha mantenido en torno al 40% (personas que declaran que nunca le votarían) durante toda la campaña.

Dado que Chaves también presenta un voto de rechazo apreciable, todo parece indicar que la elección del próximo presidente seguirá el método del descarte (elección del menos malo),

que se ha manifestado en elecciones anteriores. Esto probablemente eliminará el periodo de gracia del próximo mandatario que deberá enfrentar una agenda nutrida de problemas y un legislativo repartido, donde Liberación solo tiene un tercio de las bancadas y el partido de Chaves un 17% de los curules. Un horizonte que anticipa considerables turbulencias.

Enrique Gomáriz Moraga Preparó su doctorado en sociología política con Ralph Miliband. Participó en Zona Abierta y la refundación de Leviatán. Fue el primer director de Tiempo de Paz. Trabajó en FLACSO Chile y ha sido consultor internacional de agencias como PNUD, FNUAP, GIZ, IDRC, BID. www.latinoamerica21.com, un medio plural comprometido con la divulgación de opinión crítica e información veraz sobre América Latina. Síguenos en @Latinoamerica21

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