One Health: esperanza y futuras epidemias

Las enfermedades infecciosas, las epidemias y la salud de los humanos están íntimamente ligadas con el equilibrio ecológico de nuestro planeta. Cambios sencillos en nuestro entorno como un aumento de la población de palomas pueden desencaderar un brote de criptococosis, una infección causada por hongos, considerada una de las epidemias del futuro.

Por eso hoy hablaremos de estas epidemias del futuro, en particular aquellas de tipo zoonosis, es decir, que pasan de animales a humanos y también de cómo el movimiento One Health o Una Sola Salud puede ayudar a su prevención.

Zoonosis

La sobrepoblación humana ocasiona, entre otras cosas, el desplazamiento de especies que pueden representar un riesgo. Las zoonosis son enfermedades transmisibles de animales vertebrados a humanos, como en el caso de COVID-19 que probablemente transitó de los murciélagos a las personas.

Se estima que 60% de las enfermedades infecciosas que afectan al hombre son zoonóticas y 75% de los agentes patógenos (microorganismos) causantes de infecciones son de origen animal.

Los roedores, por ejemplo, están asociados a más de 80 enfermedades zoonóticas. La razón de esta asociación y riesgo es que se adaptan con facilidad al hábitat cercano a los humanos.

Un metanálisis de 58 estudios, de casos de ocho países, sugiere que el cambio de uso de la tierra, por ejemplo, de rural a urbano, es el fenómeno que más favorece a las especies de roedores que albergan patógenos zoonóticos.

Hantavirus

Entre las enfermedades zoonóticas asociadas a roedores tenemos las ocasionadas por el temible Hantavirus. Un ejemplo de estas es el Síndrome Cardiopulmonar. Según datos de la OMS, cada año hay aproximadamente 300 casos de Hantavirus reportados en América. Si las garrapatas, pulgas, mosquitos y otros artrópodos ya provocaban repulsión entre las personas, saber que también pueden desempeñar un papel en la transmisión de hantavirus será un motivo más para tratar con respeto los hábitats donde existen.

Leptospirosis

Otra enfermedad favorecida por la urbanización, inundaciones, mala higiene y sobrepoblación canina propia de las metrópolis, es la Leptospirosis; que puede producir infecciones potencialmente mortales en los riñones, hígado, cerebro, pulmonew o corazón.

Encontrada en roedores, bovinos, equinos, cerdos y animales silvestres, esta enfermedad se contrae al beber o tener contacto con agua o tierra contaminada.

Con base en información del Manual de Procedimientos Estandarizados para la vigilancia Epidemiológica de la Leptospirosis, la situación epidemiológica de esta enfermedad en México al 2010 presentaba una tasa nacional de 0.45 casos por cada 100,000 habitantes, manteniéndose constante durante los últimos 10 años; y es considerada por la OMS, la OIE y la ILS (International Leptospirosis Society) como la zoonosis de mayor difusión en el mundo.

Criptococosis

Si hablamos de zoonosis en las grandes urbes, la paloma doméstica (Columba livia) también se lleva uno de los papeles protagónicos debido a su capacidad de adaptación. Gracias a las condiciones que favorecemos los humanos, las palomas se reproducen sin control propiciando la transmisión de enfermedades como Salmonelosis, Criptococosis, Psitacosis y más.

La paloma puede hospedar en su plumaje las indeseables garrapatas, chinches, piojos y pulgas que a su vez también pueden transmitir a otros animales no humanos. Es por eso que, como vemos, una acción mínima como alimentar a las palomas tiene un efecto en cadena y favorece las zoonosis.

Causa y efecto

Otros factores que también impulsan la aparición de enfermedades zoonóticas son el aumento de la demanda de proteína animal, la intensificación agrícola insostenible, uso y explotación de la vida silvestre y el uso acelerado de los recursos naturales por la urbanización; así como el cambio de uso de suelo e industrias extractivas, el aumento de los viajes, transporte y el cambio climático.

Ante las epidemias, parte de la historia de la humanidad, y la inminente llegada de enfermedades emergentes, es importante pensar a futuro y actuar en consecuencia.

En un boletín de comunicación de la UNAM, el investigador Gerardo Suzán Azpiri, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ), señaló que existen estudios indicando un aproximado de virus aún sin estudiar, que los mamíferos albergan, cuya cifra es de 600 mil a nivel mundial, muchos con potencial de afectar al ser humano al circular de manera silenciosa entre los animales.

Monitorear constantemente el número de enfermos en un lugar y un período de tiempo determinados o la mortalidad de la vida silvestre puede proporcionar indicadores de circulación de enfermedades o brotes.

Por ejemplo, una investigación de monos aulladores encontrados muertos cerca de un santuario de vida silvestre en Bolivia, condujo a la detección del virus de la fiebre amarilla. Información de alerta vital para la activación de campañas de vacunación.

One Health: una esperanza

El movimiento global Una Sola Salud o One Health propone una salud humana comprometida con el equilibrio ecológico y medioambiental del planeta para evitar las zoonosis. Cada vez son más los profesionales de la salud y otras áreas que trabajan juntos para identificar y estudiar la interacción humano-animal.

La finalidad es identificar agentes patógenos de riesgo que podrían pasar de los animales a las personas; así como la creación de políticas públicas para este fin.

Tenemos el ejemplo de la COVID-19 que es sólo un caso de una serie de zoonosis emergentes que seguirán apareciendo en los próximos años. Es fundamental enfatizar la importancia de qué científicos y líderes de nuestra sociedad cooperen para construir un mejor país.

Las experiencias del pasado pueden, sin duda, formar estrategias para el futuro.