Como dicen que “ahogado el niño, a tapar el pozo”, nos cuentan que, en Guanajuato, la alcaldesa de León, Alejandra Gutiérrez Campos (PAN), trae a marcha forzadas a los trabajadores municipales plantando árboles, luego del repudio por la tala de 63 frondosos árboles del Malecón del Río para modernizar una vialidad. Nos indican que doña Verónica salió a dar la cara en sus redes sociales, donde afirmó que “es de humanos equivocarse, pero también corregir” y reconoció que en lugar de cortar los árboles se debió buscar cómo trasplantarlos, por lo que ahora la meta es plantar 11 mil nuevos árboles, aunque varios consideran que “palo dado, ni Dios lo quita”. ¡Ouch!
Edil compra “de lo más baratito”
Desde Tamaulipas, nos platican que al que “le está lloviendo en su milpita” es al alcalde de Nuevo Laredo, Enrique Rivas Cuéllar (PAN), quien presumió en redes sociales la invitación que le hicieron algunas vecinas para asistir a un juego de lotería y hasta se ofreció “a llevar las cocas” para el calor. Sin embargo, nos dicen, don Enrique llegó con dos refrescos de marca desconocida y “muy orondo” como si hubiera llevado despensas, lo que levantó varias críticas, pues algunos ironizaron que ni siquiera le alcanzó para bebidas de marcas más conocidas: “Cocas feas, mejor no hubiera llevado nada”, por lo que entre los vecinos no faltó el que aseguró que perdió su pase para el dominó. Hubiera llevado botana.
Ni regaño para “sus travesuras”
Donde varias cejas se quedaron levantadas, nos comparten, es en Querétaro, debido a la polémica que se generó en redes sociales, tras ser difundido el video de un vehículo último modelo con jóvenes que iban disparando contra los transeúntes con pistolas de gotcha. Nos detallan que los siete tripulantes fueron detenidos por policías municipales, pero a pesar de que varios pidieron una sanción ejemplar, la Secretaría de Seguridad indicó que todo quedó en una simple sanción determinada por un juez cívico, a pesar de que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) considera que la posesión de una de esas armas de juego requiere un permiso especial y no se aclaró si los mirreyes lo tenían. ¡Qué tal!