Los que “enfundaron las espadas” y pusieron su mejor sonrisa en Tabasco, nos platican, fueron el exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández (Morena), y el candidato a gobernador Javier May Rodríguez (Morena) durante el acto en el que este último recibió la constancia como abanderado. Nos relatan que, en el evento, don Adán Augusto no dejó pasar la oportunidad de reconocer que ambos “han tenido coincidencias, pero también diferencias”; luego, se dio un “cordial” abrazo y se juraron lealtad para ganar, aunque más de uno se pregunta si sólo fue para la foto y la supervivencia de sus grupos políticos.
¿Cuál versión fue la buena?
A una semana del ataque armado del que salió ileso el alcalde de Taxco, Mario Figueroa Mundo (Fuerza por México), nos cuentan que en Guerrero quedan más dudas que avances de lo que ocurrió ese día. El día del atentado, nos explican, versiones extraoficiales señalaron desde el principio un ataque armado contra don Mario, pero la Secretaría de Seguridad Pública del estado, en un comunicado, no lo reconoció e hizo una relatoría de lo que ocurrió al estilo Agatha Christie. Sin embargo, nos dicen, recientemente don Mario sacó un comunicado con su versión de los hechos en el que indica que sí fue una agresión armada en su contra, aunque varios se preguntan ¿quién está tras los hechos?, ¿para qué ocultar lo que era evidente? y ¿será que “el horno no está para bollos”?
Sueltan sus primeros golpes
Los que quieren calentar el “ring electoral” en Sinaloa, nos comparten, son el senador Mario Zamora Gastélum (PRI) y el alcalde de Ahome, Gerardo Vargas Landeros (Morena), quienes arrastran viejas rencillas. Nos relatan que, al estilo de Dos tipos de cuidado, don Mario tildó de “rata” a don Gerardo, lo acusó de “estar temblando de miedo” y aseguró que se va a echar para atrás para no ir por la reelección ante el temor de ser derrotado en las urnas, pero don Gerardo “se puso los guantes” y respondió “a sus detractores” que se verán las caras en la arena electoral, donde les va a dar “una pela”, pero muy bien dada, para quitarles lo bravucones. ¡A ver de qué cuero salen más correas!