La que empezó la semana “con la espada desenvainada” en Zacatecas, nos platican que es la senadora Soledad Lúevano Cantú (Morena), quien le tupió “duro y bonito” a Verónica Díaz Robles (Morena), delegada federal de programas sociales. En una entrevista radiofónica, nos indican, a doña Soledad se le preguntó sobre la confrontación con doña Verónica y se “fue como hilo de media”, pues la calificó como “la supermalvada”, la acusó de usar toda la maquinaria de los programas federales para hacer campaña en busca de su escaño y de hacer un manejo discrecional de los recursos, pero además, para exhibir a los funcionarios afines a la superdelegada, doña Soledad afirmó que el gobernador David Monreal Ávila (Morena) sí “es muy trabajador, pero con un equipo muy malo (…) es de los peores del país”. ¡Hay tiro!

El eterno rector sin competencia

El que demostró que “resiste huracanes políticos” y el paso del tiempo, nos cuentan, es Javier Saldaña Almazán, quien tomó protesta hace unos días, por tercera vez como rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro). Nos relatan que don Javier ha tenido el control absoluto de esa casa de estudios desde hace 10 años, de los cuales sólo en dos años no estuvo al frente, cuando lo cubrió Alfredo Romero Olea, bajo su batuta y supervisión. Nos detallan que, para esta ocasión, don Javier llegó como le gusta: de candidato único, por lo que no fue sorpresa su decisión de sumarse a los nuevos tiempos y aliarse con Morena y dejar atrás al PRI. ¡Qué original!

No lo dejaron ni terminar de comer

Al que sorprendieron en Chihuahua en plena “comilonga” para detenerlo en un restaurante de Ciudad Juárez, nos comparten, fue a Antonio Pinedo Cornejo, excoordinador de Comunicación Social en la administración de Javier Corral Jurado (PAN). Nos relatan que don Antonio se paseaba de lado a lado de la ciudad fronteriza sin ningún pudor, a pesar de que existía un proceso penal en su contra por el delito de uso ilegal de atribuciones y facultades, pues presuntamente asignó contratos de manera irregular a tres empresas cuando estaba en el poder, pero su suerte se acabó. Cuando degustaba sus alimentos, hasta se le atragantó el guisado, ya que los agentes llegaron por él y “verá la luz” hasta en dos años, pues fue el plazo de prisión preventiva que le dictó el juez de Control, aunque varios se preguntan si pagaría la cuenta o fue “de gorra”. ¡Provechito!

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