El que parece que dejó atrás “los molinos de viento” en Puebla, nos cuentan, es el gobernador sustituto Sergio Salomón Céspedes Peregrina (Morena), pues cortó de tajo las batallas de su antecesor, el fallecido Luis Miguel Barbosa Huerta (Morena). Nos relatan que don Sergio marcó su distancia de los conflictos entre particulares que hay por el manejo de la Fundación Mary Street Jenkins, origen de la Universidad de las Américas Puebla y dejó en claro lo que varios querían oír: “No es un tema del estado; no está dentro de la agenda del estado”, rompiendo el hilo, pues en el pasado don Luis Miguel lo tomó como un asunto personal que lo llevó a inmiscuirse en el pleito familiar por los recursos y hasta algunos se aventuran a prever que “la herencia de Barbosa tiene contados sus días”. ¡Zas!
Aliado polémico para la paz
El que “dejó varias cejas levantadas” en Guerrero, nos platican, fue el obispo emérito Salvador Rangel Mendoza, pues dio a conocer que anda trabajando por la pacificación del estado ¡de la mano del exgobernador Rubén Figueroa Alcocer (PRI)! Nos recuerdan que el papá de don Rubén encabezó en sus tiempos una de las represiones más grandes en el estado en la llamada Guerra Sucia, pero además don Rubén “no vende piñas”, pues dejó su cargo a la mitad de su gobierno cuando ocurrió la masacre de 17 campesinos asesinados por la entonces Policía Motorizada en Aguas Blancas, en el municipio de Coyuca de Benítez, por lo que varios le preguntan a don Salvador, en serio ¿cree que con don Rubén logrará pacificar a Guerrero?
Mando se confía a “echarle ganas”
Desde Colima, nos comparten que el secretario de Seguridad Pública, Héctor Alfredo Castillo Báez, dejó ver que a la violencia “ni la ve, ni la oye”. Nos cuentan que don Héctor, como parte de su estrategia para “garantizar la seguridad de los turistas que se animan a vacacionar en el estado”, se le ocurrió presumir que hay coordinación entre los tres niveles de gobierno y aseguró que “sobre todo, hay ganas de que el estado salga adelante”, pero sus palabras no fueron muy bien recibidas, pues la violencia sigue desbordada en varios puntos de la entidad, donde al parecer “no le han echado muchas ganas”. ¡Zas!