Desde Nayarit nos cuentan que algunas voces señalan que el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero (Morena) intenta desarticular al Sindicato Único de Trabajadores del Estado y los Municipios (Sutsem) y los gremios magisteriales que se oponen al nuevo régimen de pensiones recién promulgado en la entidad. Nos detallan que casualmente la fiscalía del estado encontró que la administración del exgobernador Ney González Sánchez (PRI) —hoy prófugo de la justicia— donó dinero y terrenos de forma irregular al Sutsem, incluso se halló que una veintena de esos predios fueron escriturados a nombre de la lideresa vitalicia de ese gremio Águeda Galicia Jiménez, por lo que ya hay una acusación en su contra por enriquecimiento ilícito. ¡La cacería comenzó!
Se piratean portadas
Desde Sinaloa nos comparten que, por el pleito que traen el gobierno del estado y las autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) mal utilizaron a EL UNIVERSAL para difundir fake news. Nos refieren que, desde hace tiempo, el gobierno estatal acusó al Partido Sinaloense (fundado por Héctor Melesio Cuén Ojeda) de controlar a dicha institución educativa y hace poco el Congreso local aprobó una reforma a la Ley de Educación Superior del Estado, la cual causó la ira del rector Jesús Madueña Molina, quien anunció medidas legales, pero el colmo fue que, en esos “dimes y diretes”, una de las partes difundió una portada modificada y falsa de esta casa editorial en la que se acusaba un presunto desvío en la UAS, un engaño que se suele ver cuando hay guerra sucia y en tiempos electorales. ¡Qué tal!
Brotan aviadores de nómina
Desde Tamaulipas nos comparten que el secretario de Administración estatal, Jesús Lavín Verástegui (Morena), por más que “talla y talla” no termina de depurar y le siguen saliendo aviadores de la nómina estatal. Nos detallan que “en la limpia”, don Jesús recuperó para el gobierno de Américo Villarreal Anaya (Morena) 86 plazas de base sindical, de las cuales 53 presuntamente se entregaron de forma irregular, pero también se encontró que no se cumplía con los requisitos de antigüedad, no cumplían con el perfil para el puesto y hasta hubo casos donde no se localizó al personal en sus áreas de trabajo, por lo que varios comentaron con ironía que les aplicaron el clásico dicho de “el que se fue La Villa, perdió su silla”. ¡Ups!