Los que resultaron anticlimáticos durante el eclipse en Sinaloa, nos platican, fueron los candidatos al Senado, Imelda Castro Castro y Enrique Inzunza Cázarez, de Morena, y Jesús Valdés Palazuelos y Nubia Xiclali Ramos Carbajal, del PVEM. Nos relatan que “el gran día”, los cuatro anduvieron por Mazatlán ataviados con sus ropas de campaña y regalando souvenirs y cerca del clímax del eclipse, no dejaban de pregonar sus promesas sobre ciencia y tecnología, aunque realmente “predicaron en el desierto”, pues nadie les ponía atención y horas después fueron criticados en redes sociales por ser “los prietitos en el arroz” durante el fenómeno y su falta de empatía para entender el momento. ¡Qué tal!
Edil se va y deja “papa caliente”
Como dicen que “terminan pagando justos por pecadores”, nos cuentan que en Chiapas eso se cumplió en Ocosingo, donde el alcalde interino, Alonso Pérez Sánchez (Morena), y otros funcionarios municipales fueron retenidos por “pendientes” que dejó el edil con licencia, Gilberto Rodríguez de los Santos (Morena). Nos explican que los pobladores reclamaron que don Gilberto incumplió con un acuerdo firmado en noviembre del año pasado, para el bacheo de un camino, donde no se ha movido ni una piedra y ahora anda “tan campante” en campaña ¡para buscar la reelección!, pero quien “pagó los platos rotos” fue don Alonso y los funcionarios, a quienes encerraron en una celda con candados. ¡Vaya responsabilidad!
En Morena, todo por quedar bien
Desde Chihuahua, nos comparten que Morena estatal “echó la casa por la ventana” el domingo pasado para instalar pantallas gigantes en las principales plazas de varios municipios importante y disponer de hartos camiones para llevar a la gente a ver el debate presidencial, y de paso, “quedar bien con los de arriba”. Sin embargo, nos detallan que sudaron “la gota gorda” para contar con una buena asistencia, como el caso de la Plaza de Armas de la capital, donde estuvo la candidata morenista al Senado, Andrea Chávez Treviño, en esa sede históricamente panista, por lo que sus detractores aseguraron que “sin acarreo no hay lleno”. ¡Zas!