Desde Jalisco, nos cuentan que la elección por la gubernatura se puso casi como final de futbol, pues la diferencia es de poco más 88 mil votos y lo peor es que hasta la noche de ayer el PREP avanzaba “a paso de tortuga” en el cómputo de actas. Nos detallan que el candidato de MC, Jesús Pablo Lemus Navarro, tenía 41.89% de la votación, con lo que desde el lunes “echó las campanas al vuelo”, pero tiene cerca a la morenista Claudia Delgadillo González, con 38.09%, quien no acepta ir abajo y quiere cobijarse en eso de que “Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata”, por lo que alista la impugnación y el clásico “voto por voto”. ¡Qué tal!
¿Servirá el recuadro sin nombre?
El que se podría convertir en “el héroe desconocido” de la jornada, nos platican, es Heriberto Grijalva Vázquez (independiente)... ¿No lo conoce?, pues los partidos tampoco, pero ganó la elección en el municipio de Rayón, en Sonora, sin estar registrado. Nos explican que don Heriberto no tiene registro oficial como abanderado, pero convenció a un buen número de vecinos para que en el cuadro de “candidatos no registrados” pusieran su nombre y, ¡oh sorpresa!, ganó con 711 menciones, seguido del candidato del PRI-PAN-PRD, Alejandro Grijalva, quien obtuvo 674 votos. Ahora “la papa caliente” la tendrá el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para decidir entre la vox populi o el reglamento.
Acusan en MC “agandalle”
Tras los resultados del domingo pasado, nos comparten que en Chihuahua varios candidatos de MC “voltearon a ver feo” a la dirigencia estatal, pues los dejaron solos y sin apoyo, ya que la mayoría de los recursos se fueron para apoyar a la abanderada a la alcaldía de Parral, Soledad Sánchez, esposa de Alfredo Lozoya Santillán, exalcalde de ese municipio y quien junto al diputado local Francisco Sánchez Villegas ha “monopolizado” al partido en el estado, lo que generó que varios abanderados se bajaran del barco o cambiaran de bandera, como Claudia Rey, en Ciudad Juárez, quien en el último día de campaña brincó a Morena, y lo peor de todo es que doña Soledad ni ganó. ¡Y todo para qué!