La que demostró que es mejor “madrina” que mandataria, nos platican, es la gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar Cisneros (Morena), pues “movió cielo, mar y tierra” para que, en fast track, su ahijado Luis Antonio Ramírez Hernández sea el nuevo secretario de Gobierno, a pesar de que es originario de Morelos y deudor de pensión alimentaria. Nos detallan que doña Lorena movió sus “hilos políticos” para que en menos de una semana se modificara la Constitución local para permitir a su ahijado llegar al cargo que antes era sólo para tlaxcaltecas, incluso la publicación en el Periódico Oficial fue con carácter de urgente y la ceremonia de toma de posesión fue a puerta cerrada. Lo bueno es que ahora “son diferentes”.
Se estrena Fayad con playera verde
El que estrenó “casaca” en Hidalgo, nos comentan, es el exgobernador y expriista Omar Fayad Meneses, quien es la nueva adquisición del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Nos indican que don Omar llegó al partido del tucán acompañado de varios de sus seguidores, entre ellos alcaldes y diputados, pero también con la espada desenvainada, pues criticó al dirigente nacional priista Alejandro Moreno y presumió que ha derrotado en dos ocasiones a la precandidata presidencial del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez Ruiz (PAN), lo que fue interpretado como que don Omar sólo está “mostrando los dientes” para quedar bien con la 4T, pues también ya hizo público su apoyo a la precandidata morenista Claudia Sheinbaum. Bautizo completo.
La coartada casi perfecta
Al que le está llegando “el agua al cuello” en Sinaloa, nos cuentan, es al alcalde de El Fuerte, Gildardo Leyva Ortega (Morena), ya que la Comisión de Fiscalización del Congreso local no le aprobó la Cuenta Pública, en la que no comprobó gastos por más de 18 millones de pesos, pero además la Auditoría Superior del Estado lo tiene “bajo la lupa” por arrastrar un pasivo de 27 millones de pesos que, para su pequeño municipio, es “un mundo” de dinero. Nos dicen que don Gildardo “no sufre ni se acongoja”, porque afirma que solventará todo y, en caso de sanciones, echará por delante a su anterior tesorero y funcionarios a los que reciente removió. “De que lloren en mi casa, a que lloren en la tuya...”.