Nos cuentan que la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Baja California Sur este fin de semana echó “más leña al fuego” en el pleito por la candidatura a la alcaldía en Los Cabos. Nos explican que se acusa a Christian Agúndez (PT), hijo del exgobernador Narciso Agúndez, de haber manipulado las encuestas, por lo que la prensa buscó la opinión del Presidente y éste recordó que el exgóber “lo traicionó” en 2006 al reconocer el triunfo de Felipe Calderón (PAN) y lanzó aquello de “perdón, pero no olvido”. Ante esta respuesta, nos señalan, los petistas locales enfurecieron porque, por un lado, el Mandatario hizo un “fuchi” público a los Agúndez, pero por otro lado, bien que Morena se lleva los votos que aporta el PT. Cosas de la 4T.
Candidata camaleónica
Desde Chihuahua nos comentan que la que mostró que puede cambiar de color según sea su humor es Esther Mejía Cruz (Morena), pues hasta hace unos días andaba muy enjundiosa, presumiendo ser la más fiel seguidora de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum Pardo (Morena) y tomándose harta foto. Sin embargo, como dicen que “el interés tiene pies”, nos cuentan que doña Esther anunció hace unos días su brinco a Movimiento Ciudadano, ya que le molestó que en Morena no le dieron la candidatura para la presidencia municipal de Ciudad Juárez, por lo que ahora ya viste de naranja y calza tenis fosfo-fosfo. ¡Qué camaleónica!
Pontifican, pero no dan ejemplo
Desde Sinaloa nos platican que la senadora de Morena y aspirante a la reelección, Imelda Castro Castro, “dejó varias cejas levantadas” cuando recomendó a sus opositores que “se vayan a hacer campaña a ras de piso”, pues, nos indican, los detractores de doña Imelda señalan que hace campaña a medias, pues no ha solicitado licencia y le deja la promoción a su compañero de fórmula, Enrique Inzunza Cázarez. Nos dicen que también le reprocharon que no deja su escaño porque no quiere ceder el lugar a su suplente, la activista de género y extitular del extinto Instituto Sinaloense de las Mujeres, Elizabeth Ávila Carrancio, con quien no lleva buena relación. ¡Zas!