El que levantó suspicacias en Baja California Sur, nos comentan, fue el gobernador Víctor Castro Cosío (Morena), pues realizó su primer veto a una ley, la cual provenía de diputados de Morena y PT. Nos explican que la reforma protegía los derechos laborales (en especial de los jornaleros) y sancionaba a los patrones que “retuvieran” salarios sin una orden judicial o que no pagaran en tiempo y forma. Sin embargo, don Víctor explicó que, en el caso de los ayuntamientos (que generalmente presentan este problema) esta legislación ocasionaría un problema político más grande, pues en ocasiones hay falta de liquidez, pero el freno a la iniciativa dejó a la burocracia municipal con la duda: Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?
Emergencia regresa a alcaldesa
La que tuvo que regresar casi de urgencia a Baja California, nos cuentan, fue la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez (Morena), por los estragos que dejaron las lluvias y generaron algunas alertas, la más grave, un posible des-lizamiento que podría cerrar la entrada principal al área de playas. Nos indican que doña Montserrat viajó a la Ciudad de México hace unos días para acompañar al canciller Marcelo Ebrard (Morena) en la presentación de su libro, donde anduvo muy alegre con otros alcaldes, como el de Ensenada, Armando Ayala, pero se tuvo que regresar ante la situación en su municipio, aunque sí dejó en claro quién es su corcholata favorita.
Ponen lupa a Poder Judicial
Desde Puebla, nos comentan que los implementadores de la reforma judicial local y los magistrados que recién llegaron al Máximo Tribunal estatal fueron sometidos a una inexplicable “metralla mediática”, por sus publicaciones en sus redes sociales personales. Sin embargo, nos explican, que todo cobró sentido cuando la Auditoría Superior del estado publicó su informe en el que dio a conocer un posible daño patrimonial por 939 millones de pesos, que dejó el expresidente del Poder Judicial, Héctor Sánchez Sánchez, mientras otros magistrados y magistradas, desde el anonimato, inventan “guerras de molinos”, nos dicen, para amedrentar, con la intención de preservar las canonjías y nepotismos que tenían en la época de don Héctor. ¡Zas!