El que anda “con un ojo al gato y otro al garabato” en Sinaloa, nos comentan, es el exalcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro (Morena), candidato al Senado por el Partido del Trabajo (PT). Nos explican que don Jesús tiene que atender dos frentes: por un lado, la campaña para llegar al escaño, pero el más difícil es cumplir con las citas a los juzgados del fuero común para evitar que le impongan alguna medida cautelar que lo saque de la jugada electoral por el proceso en su contra por ejercicio indebido de la función pública, además de otros procesos que también tiene por ahí, pero el problema es que a veces se le empalman los eventos de campaña con las audiencias y todo por conseguir el fuero que lo salve un tiempo, al menos. ¡Qué tal!
¿Morenistas en el Poder Judicial?
Donde “sigue la mata dando”, nos platican, es en Veracruz, ya que, de las investigaciones a la gestión de la exdirectora de administración del Poder Judicial del Estado, Joana Marlén Bautista Flores (Morena), siguen saliendo presuntas irregularidades financieras y administrativas. Nos explican que, durante meses, se había advertido de supuestas irregularidades y excesos contrarios a la 4T, pero nadie quiso hacer caso hasta finales de septiembre pasado, cuando fue cesada doña Joana y desde entonces surgió “una madeja” de posibles evidencias de malos manejos, aunque, nos dicen, “la pregunta del millón” es cuándo mandarán llamar a aquellos liderazgos morenistas que “encantados” metían la mano al cajón del Poder Judicial. ¡Auch!
¿Falló encuesta en Matamoros?
Donde hay “varias caras largas” en Tamaulipas, nos comparten, es en Morena, pues no quedaron muy contentos con la designación del diputado local con licencia José Alberto Granados Dávila (Morena) como candidato a la alcaldía de Matamoros. Nos explican que los morenistas aseguran que don José Luis tiene serios problemas de lectura y sólo lo recuerdan porque, en su tiempo de legislador, en una reunión de comisiones simplemente no pudo articular un párrafo del texto que le tocaba exponer, al grado que sus mismos compañeros de bancada no se aguantaron la risa y no pudieron ni defenderlo, por lo que ahora varios cuestionan cuáles fueron sus méritos para ser abanderado, o ¿será que sólo “no le tienen paciencia”?