El que anda “sin pelar gente” en Zacatecas, nos platican, es el gobernador David Monreal Ávila (Morena), pues sólo tiene ojos para la promoción de su lema del “Año de la Paz” y del Festival del Folclor, a pesar de que recientemente el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, le reprochó en redes sociales el asesinato de Gaspar Monroy, secretario electoral del PRD estatal: “no queremos la paz de los sepulcros, sino justicia”. Nos relatan que, como don David “no peló” el mensaje, el partido del sol azteca estatal le envió un oficio a él y al fiscal Cristian Camacho para exigirles que esclarezcan este crimen, detengan a los responsables y de filón les pidió que “ordenen y corrijan sus gabinetes”. ¡Eso sí dolió!
Urgen a frenar “pensiones doradas”
La que mostró que “será hueso duro de roer”, nos cuentan, es la gobernadora electa de Morelos, Margarita González Saravia (Morena), pues reaccionó muy molesta y pidió al mandatario saliente Cuauhtémoc Blanco Bravo (Morena) vetar el dictamen que aprobaron los diputados del Congreso local (incluidos los de Morena, Nueva Alianza y del PT), en el que contaría su periodo como legis- lador al tramitar su jubilación. Nos indican que en un acto público doña Margarita hizo el llamado al Cuau a controvertir el acuerdo parlamentario, pues advirtió que esa legislación está encaminada a otorgar “pensiones doradas” a los diputados. ¡Vaya “papa caliente” que está en el aire!
Que regresen... pero el dinero
Desde Hidalgo nos comparten que el gobernador Julio Menchaca Salazar (Morena) y el encargado de la procuraduría estatal, Francisco Fernández, están dispuestos a seguir “jalando el hilo de la madeja” en el escándalo por la estafa siniestra y quieren que los implicados, además de pagar con cárcel, regresen el dinero a las arcas. Nos explican que el daño por dicho fraude es por alrededor de 2 mil millones de pesos, de los cuales sólo se han recuperado poco más de 100 millones de pesos, por lo que coinciden en que aquellos que tienen deudas con la justicia no están en el olvido y que serán los jueces los que determinen lo que se devuelve. “De lo perdido, lo que aparezca”. ¡Qué tal!