Donde varios preguntan por el “piso parejo”, nos platican, es en Sinaloa, donde el gobernador Rubén Rocha Moya (Morena) mandó un mensaje a su gabinete, alcaldes y diputados locales de Morena para que se enfoquen en su chamba y, si no están conformes, “la puerta está muy grande”. Nos detallan que a don Rubén no le gusta que todos anden colocándose con alguna de las corcholatas presidenciales o preparando sus campañas para 2024. Sin embargo, varios le recuerdan a don Rubén que uno de los consentidos de su gobierno ha sido su ahijado, el alcalde sustituto de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil (Morena), quien llegó al cargo sin experiencia política y “tiro por viaje” le echa la manita en eventos de obra pública, por lo que varios opinan que “o todos coludos o todos rabones”.
Promotor, más que edil
El que “anda en todo menos en misa” en Guanajuato, nos comentan, es el alcalde de Salamanca, César Prieto Gallardo (Morena). Nos relatan que don César es el fan número uno de su padre, Ernesto Prieto Ortega, director general del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), a quien promueve como el único perfil idóneo para la gubernatura y que siempre ha estado cerca del presidente Andrés Manuel López Obrador; además, tiene a su corcholata” favorita en el canciller Marcelo Ebrard Casaubon (Morena), a quien apapachó harto en su última visita, por lo que varios consideran que mejor se debería ir de promotor de campañas y dejarle el cargo a alguien que se ocupe de los muchos pendientes que tiene el municipio. ¡Zas!
Encubre a su mando
El que hace “como que la Virgen le habla” en Michoacán, nos comparten, es el alcalde de Ocampo, Amado Gómez González (PRI), pues ha protegido a piedra y lodo a su subdirector de Seguridad Pública, Julio César Urbano Flores, señalado por actos de corrupción, acoso laboral y sexual dentro de la corporación policial, y hasta vínculos con el crimen organizado. Nos indican que don Amado anda más preocupado por mantenerse en el cargo y no acepta ayuda del estado o la Federación, pero tampoco hace caso a los malos hábitos de su mando, lo que le ha costado una serie de pifias en seguridad, ante lo cual varios le exigen que “tome al toro por los cuernos” para regresarle a la población la tranquilidad y se deje ayudar por los otros órdenes de gobierno. Bien dicen que “el que no oye consejo, no llega a viejo”.