Desde Baja California Sur, nos cuentan que varios aseguraron que “las lágrimas” del gobernador Víctor Castro Cosío (Morena) para el presidente Andrés Manuel López Obrador fueron “de cocodrilo”, pues hay una lista larga de pendientes. Nos detallan que el gobierno federal quedó a deber una clínica del IMSS en La Paz y un hospital del ISSSTE en Mulegé, los cuales don Víctor asegura que “ya merito” están, pero nada; tampoco se atendió la contaminación por las plantas de CFE en la capital del estado y sin contar que eliminaron los recursos para bachear carreteras federales, las cuales parecen “territorio lunar”, por lo que varios se preguntan ¿por eso lloró don Víctor?
El fiscal le entra “a cargar la cruz”
El que “se convirtió en Cirineo” en menos de una semana, nos platican, fue el fiscal de Zacatecas, Cristian Camacho Osnaya, pues “le tocó cargar la cruz” de los errores de sus antecesores y del gobernador David Monreal Ávila (Morena). Nos relatan que, a don Cristian le tocó atender a la madre buscadora que irrumpió a gritos en un evento oficial, porque don David la ignoró; luego, el fiscal tuvo que emitir una disculpa pública a familiares de jóvenes desaparecidos hace 14 años cuando era procurador el hoy magistrado Arturo Nahle García por fallar en la investigación y, para rematar, “sudó la gota gorda” con un amparo del exalcalde prófugo de Guadalupe, Julio César Chávez Padilla (Morena) y aclaró que el proceso penal sigue firme. ¡Ufff!
De presidenta a desempleada
La que está en Chihuahua “con la manita levantada”, nos comentan, es la presidenta del Congreso local, Adriana Terrazas Porras (Morena), pues está a punto de quedarse “sin chamba” por el cambio de legislatura. Nos recuerdan que doña Adriana no es muy del agrado de los morenistas, por su pasado priista y que les ha dado la espalda en algunas ocasiones, pero ahora anda “muy sedita” e incluso asegura que aceptaría trabajar “donde sea valorada”, sin importar el color, por lo que algunos la ubican en el gobierno morenista de Ciudad Juárez o hasta en el estatal panista, aunque también se podría quedar “como el perro de las dos tortas”. ¡Auch!