Nos cuentan que en Coahuila llamó la atención que a la convocatoria para fiscal estatal se inscribieron varios personajes, a pesar de que “es un secreto a voces” de que “el gallo” para el puesto es el secretario de Seguridad Pública, Federico Fernández Montañez. Nos detallan que entre las personas que se inscribieron al proceso están: Dulce María Fuentes Mancillas, actual presidenta del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información (ICAI), Homero Flores Mier, quien concluyó como fiscal Anticorrupción, y Yezka Garza, titular del Centro Regional de Identificación Humana, aunque varios se preguntan ¿acaso van por premio de consolación?
Con el enemigo en casa
Desde Guanajuato, nos platican que al senador Ricardo Sheffield Padilla (Morena) “le fue como en feria” en la Asamblea Informativa de Morena en León, donde ante la lideresa nacional Luisa María Alcalde Luján le lanzaron rechiflas y gritos de “¡Fuera!”, debido a que no acudió a la votación de la Supremacía Constitucional en el Senado, por un presunto tema de salud de una de sus hijas. Sin embargo, nos indican que hubo “fuego amigo”, pues provenía de gente cercana a la delegada estatal del Bienestar, Alma Edwviges Alcaraz Hernández (Morena) y de allegados a la familia Prieto, la cual se ostenta como fundadora del partido en el estado y la traen contra don Ricardo, a quien no le quedó de otra que “tragar saliva y sonreír”. ¡Auch!
La violencia, ni la ven ni la oyen
Al que le gusta opinar de diferentes temas en Chiapas, nos comparten, es al senador Luis Armando Melgar Bravo (PVEM), pero para tratar el problema de la violencia desmedida en Tapachula, se pone “más hermético que una caja fuerte”, a pesar de que esa localidad se ha vuelto uno de los municipios más violentos de México. Sin embargo, nos explican que su silencio se debe a que la localidad es gobernada por su hermano, Yamil Melgar Bravo, quien llegó al cargo con Morena, pero poco ha podido hacer ante la ola delictiva, y tampoco don Luis Armando ha alzado la voz para apoyarlo con eso, como quien dice “ni picha, ni cacha, ni deja batear”. ¡Zas!