Desde Morelos nos cuentan que la gobernadora electa, Margarita González Saravia (Morena), tiene en mente rescatar a dos funcionarios del sexenio estatal saliente. Nos detallan que la próxima secretaria de Hacienda podría ser la diputada local Mirna Zavala Zúñiga (Morena), quien fue secretaria de Administración en el primer trienio de Cuauhtémoc Blanco (Morena). También, “al barco se podría subir” el actual titular de la Comisión Estatal del Agua, Jaime Juárez López, más vinculado con Ulises Bravo, hermano del gobernador, pero que está en la mira de la Fiscalía Anticorrupción por presuntas irregularidades en la adjudicación de obras. ¡Hagan sus apuestas!
Pagan millones a empresa que falla
En Sonora, nos dicen, varios esperan una explicación del secretario de Hacienda, Carlos Hernández Cordero (Morena), luego de que en las oficinas recaudatorias “parece que atacaron los apaches”, pues desde el martes pasado el proveedor de sistemas mantiene colapsadas las aplicaciones, por lo que ninguna dependencia puede hacer operaciones de caja. Nos explican que, según el portal de la dependencia, el sistema está en mantenimiento, pero en los pasillos se asegura que más bien es por falta de pago. Lo delicado es que presuntamente el gobierno del estado le paga 61.3 millones de pesos anuales a la empresa por el servicio. ¡Qué barbaridad!
En la mira, dirigencia de PRI Sinaloa
Donde crece la inconformidad, nos comentan, es en el PRI de Sinaloa, pues aumentan las voces que exigen a la dirigente estatal, Paola Iveth Garate Valenzuela, y al secretario general, Bernardino Antelo Esper, que ya dejen su cargo y se entreguen “en cuerpo y alma” a su labor como diputados locales. Nos recuerdan que el malestar comenzó cuando doña Paola y don Bernardino “se agandallaron” al ponerse al frente de la lista plurinominal y ahora, con el curul garantizado, no quieren soltar la dirigencia, lo que generó un fuerte descontento en el sector juvenil, que les reclama que dejen espacio a las nuevas generaciones; otros les recuerdan que “el que mucho abarca, poco aprieta”, mientras que los decepcionados alistan cambio de casaca. ¡Auch!