Esta semana las autoridades electorales han calificado como legal la elección presidencial, sin embargo es públicamente sabido que el proceso electoral estuvo plagado de irregularidades, de inconsistencias, de uso ilícito de recursos públicos y de intromisión del crimen organizado.
Desde su inicio, el proceso fue definido por los tiempos políticos y no por lo que marca la norma electoral. Morena emitió una convocatoria ilegal para definir a sus precandidatos y con ello burló los requisitos para nombrar candidatos de frente a las elecciones. Cometieron un fraude a la ley que ni el INE, ni el Tribunal Electoral pudieron detener. Legalmente, las campañas electorales iniciaron en marzo pasado, sin embargo, el partido en el poder empezó a hacer proselitismo político dos años antes.
La intervención del presidente López Obrador, desde las conferencias matutinas, fue sistemática y evidenció que no era un demócrata. Favoreció a la señora Sheinbaum y a los candidatos de Morena desde Palacio Nacional, generando un efecto demeritorio contra los candidatos de oposición. Recibió más de 20 sanciones y más de 50 medidas cautelares por su uso ilegal e inmoral de los recursos públicos. Con sus acciones desequilibró la elección y vulneró los principios de imparcialidad, equidad y neutralidad que deben regir los procesos electorales.
Por su parte, los senadores oficialistas también abonaron a este clima de irregularidades. Apostaron por el desmantelamiento de los órganos jurisdiccionales al no emitir los nombramientos de los dos magistrados electorales faltantes, dejando incompleto al Tribunal Electoral, incluso para calificar la elección presidencial. No fue falta de acuerdos, fue falta de la voluntad política del régimen morenista para cumplir con la obligación constitucional de preservar la legalidad de la jornada electoral. Paralizaron el acceso a la justicia y las áreas operativas fundamentales de las autoridades electorales.
Por si lo anterior no fuera poco, la violencia que se vive en el país y la complacencia del gobierno de Morena con el crimen organizado dejó a su paso cerca de 40 aspirantes y candidatos asesinados, aunado a las cerca de 900 agresiones que fueron contabilizadas por organizaciones de la sociedad civil, sobre todo, en las regiones del centro, occidente y suroeste del país.
No hay dudas de que se vivió un proceso plagado de inconsistencias generadas desde el gobierno, metieron las manos y usaron el aparato del Estado para favorecerse. Por eso se debe exigir, desde todos los espacios, que no se trastoque la voluntad ciudadana, que no se utilicen los votos de los mexicanos como pretexto para destruir a las instituciones y no se generen mayorías calificadas ficticias en el Congreso mexicano.
El pilón: El día de ayer se le entregó a la Dra. Sheinbaum Pardo su constancia de mayoría como presidenta electa.
Será la primera mujer presidenta en la historia de nuestro país. Por el bien de México, le deseo éxito.
Senadora de la República