Este primero de septiembre escuchamos al presidente de la República decir que se ha combatido la corrupción, que se han dado resultados en materia económica, que se ha administrado bien la pandemia y que los delitos han disminuido. Lamentablemente sus palabras no coinciden con el México que todos vivimos en las calles.
En los 55 minutos que duró su mensaje, no hizo referencia a las más de 35 millones de personas que no cuentan con servicios de salud. Invisibilizó a los 4 millones de nuevos pobres de nuestro país. Y mucho menos habló sobre los casi 100 mil asesinatos durante su administración.
Hasta la fecha sigue sin tenerse una estrategia clara para atender a los más de 329 mil niños que se quedaron sin estancias infantiles. Aunado a lo anterior, más de 23 mil personas han desaparecido en lo que va de esta administración, es decir, más del 25% de los registrados en los últimos 57 años. Además, hay una grave crisis de identificación forense.
Con 44 periodistas y 79 personas defensoras de derechos humanos asesinadas durante su mandato, es irresponsable afirmar que se respeta la libertad de expresión y las demás libertades fundamentales. Las agresiones en contra de este sector van en aumento, en cuanto a cantidad e intensidad, sin embargo, el presupuesto asignado para su protección es cada día más precario.
Este trienio ha sido uno de los más desafortunados en la historia de nuestro país. Los mexicanos no tienen dinero en sus bolsillos, hay una violencia lacerante, una crisis de violaciones a los derechos humanos, incluido el derecho a la protección de la salud. No aceptar que está en el camino incorrecto y no repensar la estrategia, podría ser un grave error.
Los discursos del titular del Ejecutivo federal se han caracterizado por usar sus propios datos. Es una constante del presidente de la República mentirle al pueblo de México y presentar un país que no existe.
El gobierno de la 4T ha sido irresponsable en administrar la pandemia. No hubo y sigue sin haber pruebas para saber quiénes están contagiados y quiénes no. Tampoco se abasteció a los hospitales con insumos médicos suficientes para hacer frente a esta enfermedad. México es el primer país con más muertes de personal médico. Más de medio millón de mexicanos han muerto en esta contingencia sanitaria.
Es claro que el presidente López Obrador vive en un mundo desde el privilegio que le da vivir en un Palacio. Él no sabe lo que es subirse a un Metro en hora pico y que éste no funcione por falta de mantenimiento. Tampoco sabe lo que es ir al hospital y que te digan una y otra vez que no hay medicinas.
En lugar de dar informe tras informe o de publicar libros, debería enfocar sus esfuerzos en dar resultados. Es momento que reconozca los errores para que se puedan resolver. Es necesario hacer un alto a medio camino para reconstruir el rumbo en favor de México.
Senadora de la República