Los resultados de la elección del 2 de junio dejaron al descubierto tres aspectos: la necesidad de poner un alto al uso indebido de los recursos públicos para favorecer al partido en el poder; que los partidos políticos de oposición deben reflexionar sobre el camino a seguir para tomar las mejores decisiones en favor de los mexicanos; y que es tiempo de mujeres.
Es claro que el Presidente de la República metió las manos, utilizó los programas sociales para fines electorales, desvió recursos públicos para favorecer a su partido y permitió que la violencia incidiera en los resultados. Sin duda, no fue un juego limpio y mucho menos hubo cancha pareja.
Se augura un escenario complejo para el país, por lo que es necesario que la oposición y la sociedad civil estén fuertes y unidos. Serán tiempos en los que se tengan que defender a las instituciones, las libertades, la democracia y hasta el derecho a opinar diferente. La defensa deberá ser con altura de miras, con ética y con pasión por México.
Acción Nacional será la segunda fuerza política a nivel nacional y es obligado reflexionar sobre lo que se ha hecho, lo que se tiene que corregir y en cómo debe ser una opción de gobierno que brinde esperanza futura y en la cual confíen los mexicanos. El país no puede quedarse sin la oposición.
En el PAN estamos obligados, sin autocomplacencias, a corregir todo lo que sea necesario para recobrar la confianza de los ciudadanos y priorizar lo relevante para las familias mexicanas. México necesita que Acción Nacional sea el partido que nuevamente abandere las causas que importan a las personas. Hemos construido instituciones sólidas, fortalecido a la democracia, priorizado la educación de calidad, logrado accesibilidad en la salud para la mayoría de los mexicanos y fomentado la rendición de cuentas. Somos un partido humanista que pone en el centro de sus decisiones a las personas.
La realidad de la vida pública de México ha cambiado y es tiempo de las mujeres. Se requiere que la mitad del gabinete presidencial, de las gubernaturas y de las estructuras de los partidos estén conformados por mujeres.
El pilón:
Los caprichos de López Obrador ya tuvieron sus primeras confrontaciones. El Presidente y sus legisladores anunciaron que cumplirán con sus venganzas personales y aprobarán la reforma que destruye al Poder Judicial. Los inversionistas empiezan a sacar su dinero de México y se afectan los mercados financieros.
Después, Claudia Sheinbaum asegura que brindará certeza y promete que no habrá cambios en la Secretaría de Hacienda, afirma que se llevará la reforma judicial a parlamento abierto. López Obrador insiste en que su reforma debe aprobarse sin cambiarle una coma, ¿acaso será que no quiere dejarle el poder a su sucesora?