Este miércoles, la secretaria de Gobernación compareció ante el Senado mexicano y fiel a lo que dictan las líneas de Palacio Nacional, reportó un México que no sufre por sus muertos, que no llora por sus desaparecidos. La secretaria pintó un país de colores pastel, cuando el México de hoy, está ensangrentado.
Día con día, Morena le falla a México. Permite que el crimen organizado desaparezca a miles de personas y el gobierno no hace nada para frenar el dolor de las familias. La inseguridad que viven los mexicanos en el norte, en el centro y en el sur del país, es brutal.
Hay un Estado fallido cuando el gobierno no funciona, cuando ha perdido la capacidad de brindar los servicios mínimos, cuando no puede garantizar los derechos. Y sin duda, el gobierno de Morena ha fallado. No hay seguridad, no hay servicios de salud básicos, no hay prosperidad y están intentando destruir a las instituciones que les estorban.
Hay un Estado fallido cuando existen las cifras que Morena tiene en su administración. Según los datos del Inegi y del propio registro de personas desaparecidas, en promedio con este gobierno, diariamente desaparecen 25 personas y 92 son asesinadas. Este sexenio es el más violento en la historia moderna.
Hay un Estado fallido cuando el único registro legal de personas desaparecidas quiere ser manipulado por el gobierno, porque claro, la prioridad de Morena no son los desaparecidos, ni encontrarlos, su prioridad es mentir. Quieren desaparecer a los desaparecidos. Buscan esconder la crisis de derechos humanos bajo un tapete.
Hay un Estado fallido cuando los migrantes que transitan por nuestro país son vulnerados, extorsionados, amenazados y hasta asesinados por este gobierno. Es claro que este gobierno no tiene una estrategia de solución a la crisis migratoria. Urge la renuncia del titular del Instituto Nacional de Migración, y sobre todo, urge que pague por el crimen de Estado que cometieron en Ciudad Juárez.
Hay un Estado fallido cuando la corrupción inunda a la administración pública. Llama la atención que tengan en la Secretaría de Gobernación a Ignacio Ovalle Fernández, autor del fraude en Segalmex. Esa dependencia es una cueva de ladrones y de irresponsables. Que la titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas se haya rehusado tres veces a comparecer ante el Senado de la República, es el acto más indigno como servidora pública, porque no le da la espalda a los legisladores, sino a las víctimas de este país.
La Comisión Nacional de Búsqueda, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y el Instituto Nacional de Migración, son responsabilidad de la Segob y a la fecha, son un desastre.
La secretaria de Gobernación tiene la obligación de mantener la gobernabilidad del país, sin embargo, en sus casi cuatro meses al frente, sólo ha logrado que no quede duda de que México es un Estado fallido.
El pilón: El Poder Judicial es el nuevo enemigo público de Morena. Es lamentable que la reforma presupuestal para quitarle sus fideicomisos públicos, sea para debilitarlo y no para fortalecerlo. Morena no busca justicia, sino subordinación. Esta es una revancha presidencial porque no han podido doblegar a los ministros valientes que votan a favor de los derechos de los mexicanos y en contra de los caprichos de Palacio Nacional.