Desde el inicio de esta administración, el gobierno del Presidente López Obrador ha desdeñado a las comunidades científica, académica y estudiantil de México. Incluso ha iniciado una persecución contra aquellos que no comparten los ideales de la 4T. El caso del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) es un claro ejemplo de cómo se pretende subordinar la ciencia a la ideología.
El nombramiento del director del CIDE ha causado la indignación de cientos de estudiantes, académicos e investigadores que han visto vulnerados sus derechos con la llegada de Romero Tellaeche. Se han eliminado los apoyos, se han cancelado proyectos y se ha dado de baja a prestigiados académicos. Evidentemente lo que hoy impera en el CIDE es una falta de diálogo con su comunidad.
Lamentablemente, ante los reclamos, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ha hecho oídos sordos y ha dado la espalda a los demandantes, cancelando las mesas de diálogo en distintas ocasiones. Por ello, han tenido que buscar en otros espacios, quienes sí los escuchen y con quienes se pueda generar un puente de diálogo con el gobierno federal.
En esa búsqueda de interlocución, el pasado martes llegaron al Senado de la República académicos, investigadores y estudiantes. Su reclamo es claro: que se respeten los derechos de la comunidad del CIDE y se transparente el proceso de designación del nuevo director.
A este Senado le ha pedido la comunidad del CIDE tres cosas específicas: que sea un vínculo con la Secretaría de Gobernación para que dicha instancia sirva de mediadora entre ellos y el Conacyt. También, que se analice la posibilidad de reconocer su autonomía. Y por último, llamar a comparecer a la Dra. Álvarez-Buylla, titular del Conacyt.
Es de destacar que no es la primera vez que se pide la comparecencia de dicha funcionaria pública. Al menos en dos ocasiones, he solicitado de manera personal que comparezca ante el pleno del Senado y explique el desaseo que tiene tanto en el Conacyt como la persecución que han hecho contra académicos e investigadores.
En cuanto al pliego petitorio que se entregó a senadores de distintos grupos parlamentarios, éste contiene puntos específicos que, con voluntad de este gobierno se pueden cumplir. Ante todo, proponen instalar una mesa de negociación en la que tanto el gobierno como la comunidad del CIDE puedan intercambiar sus reclamos, sus propuestas y llegar a soluciones en beneficio de la institución.
No están pidiendo otra cosa que ser escuchados, que sus derechos sean respetados, que no haya represalias contra quienes se manifiesten y que se designe como director del Centro, a una persona que tenga la probidad, el prestigio y el reconocimiento de la comunidad para poder dirigir al CIDE.
Resulta indignante que el nuevo director anuncie el regreso presencial a clases sin que haya un diálogo abierto con estudiantes, académicos e investigadores. Más instituciones subordinadas al régimen no le sirven al desarrollo del país. Hoy más que nunca es necesaria más ciencia y menos obediencia.