Comprar los alimentos de la canasta básica se ha convertido en un deporte extremo para los mexicanos. Revisando los índices inflacionarios de los últimos 23 años, hoy éstos han alcanzado sus máximos históricos. Ni con el tan anunciado Paquete contra la Inflación y la Carestía, Pacic, promovido desde Palacio Nacional, han podido detener el alza de precios.
Las malas decisiones en materia económica del gobierno federal han ocasionado que cada día le sea más difícil a las familias mexicanas adquirir huevo, pollo, tortillas, plátano o limones.
Datos del Inegi refieren que la inflación en el país sigue subiendo y con ello, los precios de los alimentos básicos. El más claro ejemplo es el huevo, cuyo precio esta semana, en algunas partes del país, rebasa los 58 pesos por kilo en los centros de distribución como las centrales de abasto, sin contar claro, los precios finales que pagan los consumidores por adquirirlos en las tiendas, mercados o tianguis. Nunca se había visto un precio tan elevado por un kilo de huevo.
Comparando los datos de la Secretaría de Economía de la primera quincena de febrero del 2019 con la de este año, el kilo de huevo en la Central de Abasto de la Ciudad de México costaba 29 pesos, este año ronda los 47 pesos y se estima que su precio siga en aumento durante el mes de marzo. La tortilla es otro producto que ha incrementado de forma alarmante. En 2019 costaba en promedio 14 pesos el kilo y hoy, en algunos estados de la República, cuesta más de 26 pesos. Por el mal manejo económico del gobierno del presidente López Obrador, el dinero que ganan las familias mexicanas cada día alcanza para menos comida.
Haciendo nuevamente un ejercicio comparativo del inicio del quinto año del gobierno del expresidente Vicente Fox con el del presidente López Obrador, las cifras son nuevamente reveladoras. El kilo de huevo en 2005 costaba 11.83 pesos, es decir, en 2023 cuesta más del cuádruple. Antes, con 100 pesos alcanzaba para comprar ocho kilos de esta vital proteína, pero con Andrés Manuel, sólo alcanza para adquirir dos. Sin duda, actualmente padecemos de un déficit de huevos.
Estos incrementos en los precios de los productos de la canasta básica tienen una consecuencia real en las familias. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en un estudio realizado sobre inseguridad alimentaria, señala que de 2019 a 2021, en México se han sumado casi 5 millones de personas a las filas de la pobreza alimentaria. Esto quiere decir que 3.8 por ciento de los mexicanos no tienen los recursos suficientes para adquirir alimentos y en consecuencia no pueden alimentarse como es debido.
El presidente López Obrador usa todos los días como lema de gobierno “primero los pobres” y sí, los que menos tienen son los que no pueden cubrir sus necesidades alimentarias, ni pagar una vivienda digna, ni servicios básicos. En lugar de generar mejores condiciones de vida, el gobierno de Morena ha profundizado la brecha de desigualdad y está dejando en desprotección a los mexicanos. Por el bien de las familias mexicanas, esta lacerante situación debe cambiar.