Más asesinatos, más desaparecidos y mayor impunidad son el resultado del sexenio de la muerte y de la política de “abrazos y no balazos” de López Obrador. La condescendencia c on la que ha tratado el titular del Ejecutivo federal al crimen organizado tiene al país sumergido en una espiral de violencia.

Las bandas delincuenciales hoy imponen candidatos, se adueñan de las carreteras, extorsionan a los comerciantes, desaparecen a los jóvenes e incluso secuestran a migrantes. Todo esto, ante la renuencia del gobierno federal de hacerse cargo de la seguridad del país.

Este miércoles, el presidente López Obrador aceptó que hay bandas criminales que secuestran a los migrantes, pero en lugar de llamar a su consejo de seguridad para detener estas violaciones, les hace un exhorto a los migrantes para que no vengan a nuestro país porque “corren muchos riesgos”. Este es el claro ejemplo de la claudicación del gobierno federal ante la delincuencia. En lugar de hacer de México un país seguro, le entrega al crimen organizado el mando y se lava las manos.

El plagio de 50 migrantes y dos choferes mexicanos en la carretera de San Luis Potosí y que fue denunciado este lunes, se suma a la extensa lista de casos de secuestro que han ocurrido en los últimos meses en la misma ruta a Matehuala. Cerca de 200 migrantes han sido plagiados o encontrados en dicho tramo después de ser liberados.

Los migrantes buscan mejores oportunidades económicas, de empleo, de salud. Quieren vivir lejos de la violencia e inseguridad que sufren en sus países de origen, por ello, dejan sus hogares, incluso a sus familias. Lamentablemente, al llegar a nuestro país son tratados de manera indigna, sus derechos humanos son violados de manera sistemática.

La administración de López Obrador se ha convertido en la que más derechos humanos ha violado. En los centros del Instituto de Migración, los migrantes están hacinados, no tienen servicios médicos, ni baños, ni alimentos, ni agua. Aunado a ello, este gobierno morenista es cómplice de las bandas criminales que los asaltan, golpean, extorsionan, secuestran y asesinan.

Algunas organizaciones de la sociedad civil han señalado que durante esta administración, los homicidios relacionados con el crimen organizado van en incremento, ya que 6 de cada 10 asesinatos están relacionados con el narco.

México hoy derrama más sangre que nunca, más de 80 personas son asesinadas diariamente en nuestro país. La política de seguridad de López Obrador ha sido un rotundo fracaso, como lo ha sido su gobierno. Toda esta sangre y toda esta muerte tienen una solución: votar para que esto ya no suceda.

El pilón: Los legisladores de Morena andan urgidos montando circos para lastimar a la Suprema Corte porque los ministros, sí defienden a la Constitución, pero que les quede claro, no tienen los votos para lastimar a nuestro Máximo tribunal. Mejor deberían ponerse a trabajar, porque los muertos de AMLO son cada vez más.

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