Muchas cosas alrededor de Claudia Sheinbaum han sido una mentira. Su desempeño como servidora pública es un cúmulo de falsedades y de promesas incumplidas. Y hoy su expediente académico también está manchado por falta de integridad.

Hay evidencia de que la tesis de licenciatura de la hoy aspirante presidencial es una copia de un documento redactado en inglés y publicado 5 años antes de que presentara su tesis en 1988. Desde plagiar la tesis universitaria hasta copiar el acento tabasqueño de López Obrador, es la constante en Sheinbaum Pardo.

La opacidad y la corrupción con las que ha transitado la exjefa de Gobierno a lo largo de su trayectoria como funcionaria son evidentes. La construcción del segundo piso de Periférico en 2002, cuando fue secretaria de Medio Ambiente del gobierno capitalino, es la muestra clara de su poca transparencia en el manejo de los recursos públicos, a tal grado que reservó la información sobre los contratos y adjudicaciones de esa obra por 10 años.

La simulación y el engaño han sido un elemento común en sus encargos. En 2006, en pleno proceso electoral, la señora Sheinbaum acudió a la casa de campaña del candidato presidencial del PAN, a entregar 8 cajas con supuestas evidencias contra Calderón, cajas que, por cierto, estaban vacías.

Y ni qué decir de sus promesas de campaña en 2018. Se comprometió a eliminar al cuerpo de granaderos, los cuales ahora, Morena utiliza para atemorizar a las personas que se manifiestan. También dijo que invertiría en mejorar el Metro, sólo que se le cayó la Línea 12 y siguen sin entregar los trabajos de la Línea 1, aunado a que hay incendios, choques, cortes de luz, inundaciones y un sinfín de anomalías en las líneas de ese sistema de transporte.

En el absurdo de sus mentiras, se comprometió a hacer el sistema más grande del mundo de captación de agua de lluvia domiciliaria, dijo que serían más de 100 mil viviendas las beneficiarias, especialmente en Iztapalapa y Tlalpan, sin embargo, esas alcaldías siguen sufriendo de desabasto de agua.

En un exceso por posicionar su imagen, sus partidarios hicieron alarde de que había recibido en 2007 el Premio Nobel de la Paz, lo cual no fue cierto. Es más, en el colmo de sus mentiras, se dijo que ella había contribuido al fin de la guerra de Vietnam.

La realidad es que el recorrido profesional de Claudia Sheinbaum está plagado de falsedades, incluyendo ahora, su trabajo de investigación para obtener su licenciatura. Por lo que, ante la duda sobre la veracidad del mismo, el Comité de Ética de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) debe investigar el plagio de esta tesis.

Lo único en lo que sí ha sido autora la señora Sheinbaum es de la tragedia del Colegio Rébsamen, donde perdieron la vida 26 personas, de los cuales 19 eran niños, así como del colapso de la Línea 12, donde 26 personas fallecieron. Además de abandonar a la Ciudad, Sheinbaum resultó una servidora pública pirata.

El pilón:

Morena en la Ciudad de México no tiene cómo ganar, sus perfiles están plagados de irregularidades.

Uno de sus aspirantes fue el culpable de cerca de un millón de muertes en la pandemia; la otra prometió seguridad y agua para su alcaldía y no cumplió; el tercero, es uno de los creadores de la verdad histórica de Ayotzinapa.

Claramente, los capitalinos no necesitan a este tipo de perfiles. La CDMX merece renacer.

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