Lo inaudito, el Presidente de la República, se atrevió a decir lo siguiente sobre su intención de desaparecer los organismos constitucionales autónomos: “tengo una reunión de gabinete el lunes porque voy a presentarles la propuesta para que cada secretaría elabore un plan y ya que tengamos todo podamos presentar las reformas legales. Y que haya debate, como fue con los fideicomisos.”
Estas palabras encierran una visión del siglo pasado. Iniciar este año con ataques y amenazas para desaparecer los contrapesos en nuestro país, demuestra su afán por concentrar el poder. La eliminación de los organismos autónomos, denota cuánto le molestan e incomodan, avanzando cada día hacia un gobierno autoritario.
Con el discurso maniqueo de argumentar ahorros, el titular del ejecutivo federal anunció que presentará una iniciativa para que los organismos autónomos sean parte de su gabinete, sin embargo, con esta propuesta muestra su desmedida obsesión por destruir las instituciones.
¿Por qué le molesta a López Obrador el Inai? La respuesta es clara y contundente, porque gracias a la ley de transparencia y al Inai, podemos saber que el hijo de Bartlett tuvo contratos multimillonarios, que la prima del presidente es beneficiaria del erario, que los comunicadores y golpeadores de la oposición reciben sueldos millonarios o que este gobierno utiliza la figura más opaca que existe para contratar, es decir, las adjudicaciones directas. Por este tipo de ejemplos, es que le incomoda y le estorba la transparencia.
Actualmente, existen ocho organismos autónomos en nuestro país y cada uno ha visto vulnerada su autonomía de manera particular. En el caso de Banxico, mediante una reforma que se encuentra detenida en la Cámara de Diputados, el gobierno pretende obligarlo a lavar dólares de procedencia desconocida. La CNDH se ha convertido en una aliada silenciosa del régimen, ya que no ha sido capaz de emitir una sola recomendación sobre el mal manejo de esta pandemia. Cada que el Inegi publica un estudio que no le favorece al ejecutivo federal, lo desacredita, al igual que al INE. En cuanto al Inai y al IFT, son dos instituciones que esta semana han estado en la agenda de ataques de López Obrador.
Pretender eliminar organismos constitucionales autónomos, evidencia una ambición desbordada por concentrar el poder en su persona y va en contra del principio de progresividad de los derechos humanos. No se puede permitir un retroceso de esta magnitud.
Hoy cada legislador, del PAN, del PRI, de MC, del PRD, del PT, del PVEM, del PES, sin grupo parlamentario e incluso de Morena, tiene una responsabilidad histórica con la defensa (o destrucción) de las instituciones de nuestro país. Hoy más que nunca, se necesitan legisladores con valentía e independencia, que prioricen a la ciudadanía por encima de la subordinación al régimen.
Al primer mandatario se le olvida que, a diferencia de la reforma de los fideicomisos, su propuesta para modificar la Constitución, requerirá de las dos terceras partes de los legisladores tanto de la Cámara de Diputados como de Senadores. Afortunadamente, existe el bloque de contención para detener estos despropósitos. Priorizando la defensa de nuestras instituciones, desde el legislativo se dará el debate para proteger los derechos de los mexicanos y evitar que la dictadura avance.