Morena insiste en destruir a las instituciones. Se encuentra en discusión en el Congreso mexicano, una reforma con la que pretenden eliminar cuatro organismos constitucionales autónomos y tres órganos descentralizados y desconcentrados.

Sí, quieren eliminar a quienes exigen transparencia, rendición de cuentas, precios justos para la compra y venta de hidrocarburos, aquellos que regulan la producción de combustibles, aspiran a las energías limpias, que fomentan la libre competencia de las empresas o los que miden el impacto de las políticas públicas contra la pobreza.

Dentro de los organismos autónomos que pretenden desaparecer se encuentra la Comisión Federal de Competencia Económica, encargada de garantizar la libre concurrencia en beneficio de los consumidores, erradicando las prácticas monopólicas; sus funciones las quieren transferir a la Secretaría de Economía. Caso similar ocurre con el Instituto Federal de Telecomunicaciones, encargado de la explotación del espectro radioeléctrico, el cual pretenden transferir a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes. Es decir, el gobierno será juez y parte.

El ejemplo más claro sobre el buen funcionamiento de estos dos organismos es cuando México se abrió a la libre competencia telefónica y dejó de ser un monopolio. Mejoraron los servicios y los precios en beneficio de los consumidores.

Otro organismo que quieren eliminar es el Inai, encargado de exigir transparencia al gobierno, que rinda cuentas y garantice los datos personales de los mexicanos. De un plumazo, se eliminarán 22 años de transparencia; los mexicanos dejarán de tener acceso a la información sobre cómo y en qué gastan dinero las autoridades.

Mención aparte merecen los órganos encargados de la regulación en materia energética, como son la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Ambas, instancias fundamentales para garantizar la libre competencia en materia energética y establecer precios justos, así como en la promoción de energías limpias y sostenibles. Sin embargo, una vez más se deja ver la intención de Morena por retroceder en las políticas de combate contra el cambio climático, ya que ha optado por energías sucias, caras y contaminantes.

Además, pretenden encubrir su falta de atención a dos problemas fundamentales para los mexicanos: la pobreza y la educación. La propuesta de eliminar al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social y al Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, sólo servirá para que no exista un diagnóstico certero sobre las necesidades educativas y sobre el combate a la pobreza. Dejará de haber objetividad en las evaluaciones y la creación de políticas públicas focalizadas dejarán de existir.

Es cierto que el pueblo de México votó por ellos, pero no les dio el consenso en el Congreso mexicano para eliminar a las instituciones. Esta reforma sólo concreta la inoperancia en la que han dejado a las instituciones. Han impuesto perfiles a modo, sin profesionalización, sin capacitación. Por ejemplo, aplicaron todo tipo de prácticas dilatorias para no nombrar a los consejeros del Inai. Morena no quiere un México competitivo, ni transparente ni abierto a la ciudadanía. Morena quiere Venezualizar México.


Senadora.

@kenialopezr

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