El desprecio del presidente López Obrador hacia el personal de salud mexicano, cada día es más latente. Durante la pandemia, el gobierno federal los dejó sin insumos, sin infraestructura, sin medicinas, sin vacunas, sin protección. Y en lugar de cuidarlos, contrataron a supuestos médicos cubanos por los que pagaron al régimen cubano, por cada uno, 140 mil pesos mensuales.

Después de la visita presidencial a Cuba, se anunció que se contratará nuevamente a médicos de ese país. El problema de esta contratación radica en que se privilegia a un régimen extranjero antes que a los propios mexicanos.

Con estas acciones, están violando el artículo 32 de nuestra Constitución, en el cual se establece que los mexicanos serán preferidos sobre los extranjeros para todos los empleos, cargos o comisiones. Es inentendible cómo Morena pretende pasar por encima de la ley y dejar nuevamente en estado de indefensión a nuestros nacionales.

Se les olvida que no basta con traerlos, se tiene que comprobar que en realidad son doctores y en su caso, deberán hacer la revalidación necesaria para que sus estudios sean reconocidos en nuestro país. Así como a nuestros médicos se les exigen años de preparación, certificar sus estudios y aprobar decenas de exámenes, los médicos cubanos deberán hacer lo propio.

El gobierno de la 4T se queja de los profesionales de la salud, pero no han hecho nada por generar empleos para este sector con condiciones dignas. Ni para que tengan seguridad, para que no se les violente, agreda o mate por ejercer su profesión.

Es alarmante, además, que el gobierno federal, haya arrancado desde el micrófono presidencial, una campaña de desprestigio en contra de nuestros profesionales de la salud y de la UNAM, quienes han estado en la primera línea de atención durante la emergencia sanitaria por el Covid-19.

Es muy lamentable que el Presidente de la República esté en contra de una institución que ha formado extraordinarios mexicanos y es cuna de grandes profesionistas. Desafortunadamente, no es la primera vez que ataca a la UNAM, pese a que esta institución es un referente no solo para los mexicanos, sino también en el ámbito internacional por su excelencia y calidad educativa.

El presidente López Obrador busca justificar lo justificable: Está utilizando el dinero de los mexicanos para dárselo al régimen cubano. Claramente está financiando a un gobierno que viola derechos humanos, que encarcela a opositores por manifestarse, que silencia a las voces que piden libertad y justicia. Porque la realidad es que el dinero que se pagará por cada médico no se les dará a ellos, sino al gobierno que los vende.

El primer mandatario mexicano se está equivocando y miente al decir que, en la pandemia, los médicos mexicanos se fueron a sus casas. Debe reconocer que en nuestro país hay extraordinarios doctores y que el personal médico ha tenido la inteligencia para combatir la crisis sanitaria, a pesar de la falta de insumos por parte de este gobierno.

El presidente López Obrador no quiere a los egresados de la UNAM. Ni de ninguna otra institución académica. Lamentablemente, a quienes sí quiere es a los delincuentes. A ellos, no los toca, no los agrede, no los insulta, a ellos los cuida. Este gobierno que abraza delincuentes le da la espalda a la gente de bien. Eso es una vergüenza.

Senadora de la República

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