Las 12 campanadas que anuncian el año nuevo se acercan. Hoy culmina el 2021. Un año que estuvo lleno de momentos que nos enseñaron la fortaleza de las personas y la resiliencia de las familias.
Aquí mis 12 deseos para un México que espero pronto sea una realidad:
Salud. Que haya medicinas, que se adquieran más y mejores vacunas, que no se minimicen los efectos de la pandemia y se tenga mejor infraestructura hospitalaria para atender a los mexicanos.
Prosperidad. Que haya trabajo y salarios dignos, que la inflación baje, ya que estamos viviendo una de las peores crisis económicas de las últimas tres décadas. Que se fomente la inversión, se incentive el empleo y se creen oportunidades de crecimiento económico.
Seguridad. Que cese la violencia en nuestro país. Estamos ante uno de los años más inseguros, con un alto índice de asesinatos. Con una estrategia fallida de abrazos y no balazos, urge que haya seguridad para el pueblo de México.
Esperanza. Para que este gobierno enmiende el camino y haga una eficiente administración pública. Que deje de hacer campaña y se enfoque en atender los problemas que más preocupan a los mexicanos.
Amor. Que este año podamos entender al otro, sin división, sin discriminación. Con cariño y agradecimiento siempre por todo y por todos.
Bondad. Que lo bueno te llegue y te abrace, y que lo bueno seas tú para quienes te rodean. Que hacer el bien te haga feliz.
Caridad. Que veas el rostro de un hermano siempre en todos los que te rodean, que si bien sea el tuyo y que si está enfrente de ti, sea para ayudarlo. Demostremos que unidos fortalecemos a nuestro país y a nuestras instituciones.
Valentía. Que nadie silencie tu voz. No permitamos arbitrariedades ni el uso faccioso de las instituciones y siempre tengamos el valor para exigir que se actúe conforme a la ley y a la justicia.
Empatía. Que en este México comprendamos al otro, nos pongamos en su lugar y entendamos por qué actúa, siente y reacciona como lo hace.
Positividad. Que de cada circunstancia saquemos lo mejor de nosotros. Necesitamos ver lo bueno en medio de esta pandemia y hoy estar vivos es, sin duda, una gran noticia. Seamos mejores sólo por el maravilloso hecho de estar vivos.
Inteligencia. Para saber distinguir lo bueno de lo malo, en lo público y en lo privado. En lo público para saber reconocer a las buenas autoridades y reclamar a las malas.
Congruencia. Este deseo es, quizá, uno de los más complejos, pero será extraordinario aspirar a la congruencia entre lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos.
Hoy, 31 de diciembre quiero desearle a cada uno de nuestros lectores: un maravilloso año 2022. Que todo lo vivido en este año que termina, sea de aprendizaje y evolución. Gracias por seguir cada semana esta columna. Les envío un abrazo lleno de agradecimiento y buenos deseos.