Decir que la renta es mejor porque es lo que se puede pagar con mayor facilidad en estos días es una forma sencilla de responder a esta pregunta que llevamos haciéndonos desde hace mucho tiempo. Sin embargo, la respuesta a la discusión de rentar o comprar casa es todo menos simple.

Respondamos a esta incógnita reflexionando el tema en dos grandes vertientes: por el lado económico y en un sentido más filosófico.

Si atendemos los números, el panorama ciertamente representa un desafío para la compra. Según datos de Sociedad Hipotecaria Federal, en el primer trimestre del año, el precio de las viviendas con crédito hipotecario aumentó 11.7% respecto al mismo periodo de 2022, un aumento récord. El precio promedio se ubicó en 1.6 millones de pesos. Por su parte, la Canadevi estima que el precio promedio de la vivienda podría aumentar hasta 17% anual al cierre de 2023.

Cuando compras una casa o un departamento hay que considerar todos los gastos relacionados, como el enganche (que idealmente debe ser de 15% a 20% del valor del inmueble), la mensualidad de la hipoteca y los gastos de escrituración (que rondan de 4% hasta 11% dependiendo el monto de la propiedad y del estado en el que se haga la operación).

Recordemos que la compra de una propiedad genera el pago de impuestos federales y locales, como el Impuesto Sobre Adquisición de Inmuebles, los honorarios del notario, entre otros conceptos. En una propiedad con valor aproximado de 2.5 millones de pesos ubicada en la CDMX, el propietario podría pagar alrededor de 90 mil pesos de gastos notariales.

A esos gastos derivados de la compra hay que sumar después los costos de mantenimiento, el pago de predial y los servicios. Al final del día, lo que tiene que desembolsar una persona para convertirse en propietaria de una vivienda es una cantidad considerable. Sin embargo, también hay que tomar en cuenta que su esfuerzo se ve recompensado por la generación de un patrimonio que va ganando plusvalía con el tiempo.

Cuando se termina de pagar el crédito hipotecario, la persona agrega un activo importantísimo a su patrimonio, no olvidemos que existen beneficios para compradores de la capital (como es el caso de la Jornada Notarial), que es posible deducir intereses reales de tu crédito hipotecario en la declaración anual de impuestos y que la propiedad de un inmueble te da todos los derechos sobre ella.

Que la renta sea más barata que una hipoteca es un argumento más que válido, pero aunque idealmente un inquilino no debe pagar más de 30% de sus ingresos en vivienda, la realidad es que los precios del alquiler han subido tanto que se estima hasta en 40% su incremento.

Rentar versus comprar baja tu cuota de pago mensual, el mantenimiento es mínimo, no pagas impuestos y la movilidad se convierte en un factor muy positivo. En la actualidad, la rotación laboral y el impacto que eso tiene en los salarios implica que la gente, sobre todo la generación Millennial, tenga que mudarse más frecuentemente que en el pasado.

Si bien comprar una casa es la aspiración de muchos mexicanos, la realidad es que la adquisición de un inmueble no es para todos. Muchos solteros o parejas jóvenes se dan cuenta de que rentar les permite tener una vida mucho más tranquila que si están atados a la posesión.

Es en este sentido que la compra o renta de una propiedad es una reflexión que se mueve entre lo económico y lo filosófico, ya que hoy no es descabellado afirmar que la compra de una casa con crédito hipotecario a 20 años te puede costar al final del financiamiento tres veces el precio del inmueble. ¡Una locura!

Ahora bien, la plusvalía es un aliciente, pero no una garantía. Quizá es mejor comprar una casa en preventa y ganar un rendimiento extra de tu inversión o simplemente rentar porque eso es lo que va mejor con tu estilo de vida y planes a futuro. No hay reglas o no debería haber cuando hablamos de bienes raíces.

Hoy más que nunca tenemos un abanico muy amplio de necesidades y presupuestos. En mi opinión, para decidir qué es lo mejor hay que definir lo que quieres tú. ¿Tu proyecto de vida es ser dueño de un lugar, un sitio que puedas sentir que nadie te puede quitar?, ¿es primordial para ti dejar un legado para los tuyos? En ese caso, quizá la compra es para ti.

Para tomar esa gran decisión define ante todo dónde quieres vivir, quiénes habitarán la casa, cuánto tienes ahorrado para el enganche (o cuánto necesitas ahorrar), cuánto podrías pagar de renta o hipoteca, averigua si eres sujeto de crédito, calcula cuánto tiempo vivirás en esa vivienda, cuáles son tus planes personales o de pareja para los próximos años y si prefieres la estabilidad antes de la flexibilidad (o viceversa).

En definitiva tienes que reflexionar a conciencia la etapa en la que te encuentras ahora y cómo te ves en unos años, no importa si decides comprar o rentar. Desde mi perspectiva, sea cual sea tu decisión, siempre tienes que verla como una inversión.

Si prefieres comprar, haz de esto una inversión, es decir, quizá no puedas comprar la casa de tus sueños en la juventud o en tus primeros años de madurez, pero necesitas pensar qué harías en el escenario más complejo. Compra una propiedad que puedas vender o rentar fácilmente en caso de perder tu empleo, de lo contrario, sería un mal negocio.

Si quieres ser dueño, pero no te alcanza, hay alternativas. Compra con un crédito mancomunado o une fuerzas con amigos o familiares para tener mayor capacidad de crédito. Siempre es mejor hacerlo entre dos o más, que no hacer nada.

Por último, si juegas a entrar al mundo inmobiliario con una compra como inversión quiero decirte que hay una gran probabilidad de que en los próximos 10 o 15 años ganes dinero. Actualmente hay un boom demográfico, una gran demanda de vivienda y poca construcción. No aprovechar este momento del mercado significa perder una oportunidad histórica que no podría repetirse en muchos años.

Quizá en un tiempo sea más complicado hacerte de un patrimonio inmobiliario, el mercado puede reacomodarse y esta ola natural que estamos viviendo desaparecerá. Es difícil prever hacia dónde se moverá el mundo de los bienes raíces, pero es un hecho que la mejor decisión (de compra o renta) será en función de tus circunstancias y prioridades personalísimas.

Fundador y CEO de Neximo

Twitter: @Kgoudiaby

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