—Lo que traigo es lo que soy, —me dijo Natasha en la frontera entre Ucrania y Polonia. Extendió los brazos en un gesto de apertura y transparencia y volteó a ver la pequeña bolsa que cargaba: llevaba la vida en esa maleta.
La escena me conmovió ese día y me ha acompañado durante estos dos años de guerra. Ella era una entre millones de mujeres que escaparon de la invasión rusa en Ucrania con muy pocas pertenencias: la mayor ola de refugiados en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Ahí, en el invierno ucraniano de 2022, todas las madres que huían con las que platiqué me dijeron que estarían fuera solo temporalmente. “Slava Ukraini!” exclamaban con fuerza en ese frío atroz que lastimaba hasta los huesos. Gloria a Ucrania.
—Cuando ganemos la guerra a los rusos, —era la respuesta más común. —Entonces volveremos.
Por ahora no han vuelto. Van dos años y la guerra no termina. En un texto para el periódico Financial Times, el novelista ucraniano Andrey Kurkov cuenta cómo es vivir con la guerra como el telón de fondo de la vida cotidiana. Y escribe:
“Ha llegado el momento de ser realistas y entender que esta guerra durará mucho tiempo y tendremos que aprender a vivir con ella.”
¿Qué sigue para Ucrania y para esas ciudades que hoy son ruinas humeantes?
Por ahora, en el terreno, el conflicto está trabado. Los rusos han tenido algunas ganancias territoriales, pero el precio en vidas humanas ha sido muy alto. Los ucranianos no consiguieron cumplir con los objetivos de su contraofensiva en 2023 y también han tenido enormes pérdidas.
La guerra, sin embargo, no solo son las tropas, también es el armamento. Rusia adquiere drones de Irán y municiones y misiles de Corea del Norte. Ucrania depende del apoyo financiero de Europa y Estados Unidos. Recientemente la Unión Europea aprobó 54 mil millones de dólares en asistencia y algunas de sus naciones aportarán más armas.
Estados Unidos, por su parte, es todavía una incógnita: es el principal proveedor de equipo militar avanzado, pero las disputas políticas internas entre republicanos y demócratas han puesto en riesgo la posibilidad de que Ucrania se defienda. De acuerdo con la revista Foreign Policy, si el Congreso de Estados Unidos no aprueba los 60 mil millones de dólares solicitados para la guerra, entonces el panorama para Ucrania será desolador.
Por ahora, el apoyo de Occidente flaquea, muestra del impacto que el conflicto ha tenido en todo el mundo. La revista The Economist afirma que “para Putin, la guerra siempre ha tenido el objetivo de fortalecer su posición dentro su país, transformando las condiciones fuera de su país”. Cuando las tropas rusas cruzaron a Ucrania en febrero de 2022, se hizo evidente que las condiciones geopolíticas se transformarían rápidamente, con Rusia y China por un lado, y Estados Unidos y Europa por el otro.
La guerra en Ucrania ha acercado a los primeros, y ha puesto al descubierto la fragilidad en la alianza de los segundos.
@JulioVaqueiro