Muchas cosas podían decirse de Henry Kissinger, pero su experiencia en los asuntos del mundo era innegable. Con 100 años de edad, pocas personas vivas sabían más de asuntos internacionales que él. El estratega que marcó el rumbo de la diplomacia estadounidense en la segunda mitad del siglo XX, murió esta semana en su casa de Connecticut.
Henry Kissinger fue secretario de Estado bajo dos presidentes, Nixon y Ford; protagonista del reestablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y China; responsable de bombardeos en Vietnam y simpatizante del golpe de Estado de Pinochet en Chile, entre otras cosas que le ganaron críticas. Un polémico premio Nobel de la Paz.
Se mantuvo relevante hasta el final. Hoy, en medio de procesos electorales en México y en Estados Unidos, sus lecciones siguen siendo importantes, para bien y para mal. Kissinger dedicó este 2023 a la promoción de su más reciente libro sobre estilos de liderazgo.
La lectura de este libro es un placer por el conocimiento que el autor tiene sobre los temas que toca. Dueño de una memoria de elefante y una pluma lúcida, él mismo conoció a numerosos líderes a lo largo de su vida, y en esta obra elige a seis de ellos: líderes que cambiaron el rumbo de sus países y tuvieron un gran impacto en la historia mundial. La elección no podría ser más variada. Konrad Adenauer fue el primer canciller de Alemania Occidental. Charles de Gaulle salvó a Francia durante la segunda guerra mundial. Richard Nixon sacudió la geopolítica con su apertura hacia China antes del escándalo del Watergate. Anwar Sadat pagó con su vida haber logrado la paz con Israel como presidente de Egipto. Lee Kuan Yew convirtió a la pequeña Singapur en uno de los lugares más prósperos del planeta. Y Margaret Thatcher puso un freno a décadas de declive en Reino Unido.
Tan distintos todos, pero tan similares entre sí. Comparten, dice Kissinger, cualidades semejantes:
“la capacidad de comprender la situación en la que se encontraban sus sociedades, la habilidad para concebir una estrategia que gestionara el presente y conformara el futuro, la destreza para dirigir a sus sociedades hacia propósitos elevados y la disposición para rectificar las deficiencias”.
Al final, y esto es lo más relevante, Kissinger se pregunta si los líderes de ahora están listos para los retos que vienen. No es optimista. Sobre todo, nos dice, la fe en el futuro es la cualidad indispensable de los líderes exitosos. “Ninguna sociedad puede seguir siendo grande si pierde la fe en sí misma”.
Especialmente relevante en estos tiempos de elegir nuevos liderazgos.
@JulioVaqueiro