—Qué tal le suena Movimiento Ciudadano? —le pregunté a Marcelo Ebrard.

—No he hablado con ellos, —me respondió. —Yo ahorita no veo la necesidad de separarme de Morena. Soy parte y he sido parte del proceso durante mucho tiempo. Y no se me hace correcto decir: “¡ah, bueno!, me voy por el partido que sea”.

Eso fue en mayo. Después vino el verano y todo lo cambió. El futuro de Marcelo Ebrard todavía es incierto, pero pase lo que pase, todo indica que en 2024 México elegirá a una mujer presidenta. La primera en su historia. Y las opciones no pueden ser más distintas.

Claudia Sheinbaum, por Morena, es seria, comedida y reservada. Xóchitl Gálvez, por el Frente Amplio por México, es sonriente, chistosa y atrevida. Por ahora las encuestas dan ventaja a la morenista, pero aún es pronto así que el país se concentra solo en la batalla histórica entre dos mujeres por la Presidencia de México.

No es poca cosa. Es más bien un logro contar con dos mujeres para decidir quién gobernará un país en el que la violencia y la inequidad de género son un problema grave. A veces, perdidos entre los árboles, somos incapaces de ver el bosque. Y entre conteos de encuestas, desacuerdos, tensiones, denuncias y acusaciones en la mañanera, corremos el riesgo de olvidar lo esencial: si nada cambia, una mujer decidirá el destino de México durante el próximo sexenio.

Cada día, 10 mujeres mueren asesinadas por el solo hecho de ser mujeres. Por cada 100 pesos que gana un hombre en México, una mujer gana 86. Y aunque el país tiene heroínas de renombre a lo largo de su historia y madres ejemplares por todo su territorio, las posiciones de poder siempre habían estado en manos de hombres. Por eso lo que estamos viendo es un verdadero giro en la vida nacional.

Cuando las entrevisté, a las dos les pregunté por qué quieren ser presidentas de México.

—Por qué este país merece más, —me dijo Xóchitl. —No merece odio, división. No merece que el tema de salud esté del cocol. No merece tanta violencia, de verdad que las cosas se han salido de control.

—Estamos viviendo un tiempo histórico excepcional en México, —fue la respuesta de Claudia. —El cambio que hizo el presidente López Obrador es muy importante y yo creo que ese cambio tiene que consolidarse. Y segundo, porque creo que es el tiempo de las mujeres.

Pero más allá de que una de las dos será la primera mujer Presidenta de México, una pregunta es clave: ¿qué tanto, cada una de ellas, conseguirá cambiar al país?

@JulioVaqueiro

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