Es revelador que el Presidente Biden, justo después de su discurso sobre el Estado de la Nación, haya viajado a Florida, el estado que suele definir elecciones presidenciales y que los Demócratas se resisten a dejar ir. Además, es el hogar de dos republicanos que aspiran a la Casa Blanca: el expresidente Donald Trump y el gobernador Ron de Santis.
Este jueves Biden tuvo un evento frente a 150 asistentes en la Universidad de Tampa, el Presidente concedió una entrevista exclusiva con Noticias Telemundo. También es revelador que haya dado esta entrevista a un medio en español.
Por ahora, Biden dice que no está en campaña de reelección; concede que tiene intenciones de buscar un segundo periodo, aunque asegura que aún no toma la decisión. Pero, con 80 años, 50 de ellos en la política, ya comienza a comportarse como un candidato.
—Según una encuesta de AP solo el 37% de los demócratas quiere que usted vuelva a postularse.
—Eso no es cierto. Eso es lo que dicen las encuestas.
—Eso dicen las encuestas. ¿Cómo se gana a los demócratas de nuevo? Muchos de ellos están preocupados por su edad.
—Bueno, eso no es lo que yo he escuchado —me dijo Biden. —Mire, ¿sabe de alguna encuesta que sea precisa hoy en día? Todos me dijeron que no había manera de que nos fuera bien en estas elecciones de medio término. Les dije desde el principio que nos iba a ir bien. Me dijeron que no podía ganar las elecciones generales. Sí ganamos. Así que me siento bien en donde estamos.
El Presidente avanza por el filo de una navaja y se nota en el ambiente. Por un lado, tuvo unos muy buenos días después de su discurso sobre el Estado de la Nación en el Capitolio. Por el otro, enfrenta numerosas crisis, una más inquietante que la anterior.
El globo chino, que atravesó el país desde Alaska hasta las Carolinas, captura la imaginación, la conversación y la preocupación de los estadounidenses. Hoy sabemos que el globo tenía múltiples antenas y todo un sistema de comunicación integrado, y que estaba fabricado por un proveedor del Ejército Popular de Liberación en China. Muchos republicanos creen que el Presidente Biden debió haber detenido ese globo cuanto antes.
—Ahora que sabemos lo que sabemos, ¿se arrepiente de no haber insistido en derribarlo antes? —le pregunté al Presidente.
—No. Creo que los expertos, la comunidad de inteligencia, la comunidad de defensa, saben más del globo de lo que usted o yo sabemos. Dije que quería acabar con eso lo antes posible. Y ellos estaban preocupados por el daño que podría hacerse, incluso en un estado grande como Montana. Tomaron una sabia decisión. Lo derribaron sobre el agua, recuperaron la mayoría de las partes y están bien.
—¿Y no fue esto una gran violación a la seguridad de Estados Unidos, el solo hecho de que el globo entró en el espacio aéreo y voló tantos días sobre el país? —insistí.
—La cantidad total de recopilación de inteligencia que realizan todos los países del mundo es abrumadora. Lo del globo no es una violación de seguridad importante. Es absolutamente una violación del derecho internacional. Es nuestro espacio aéreo. Y una vez que entra en nuestro espacio, podemos hacer lo que queramos con él.
Sobre su política migratoria y el papel que México juega en ella, tuvimos también un intercambio interesante. El diario The Washington Post acaba de publicar un reportaje, citando numerosas fuentes y un documento de la administración Biden, que asegura que el gobierno planea deportar a inmigrantes no mexicanos a México, y hacerlo de forma masiva. Esto es central para entender los planes de Biden frente a la crisis migratoria que hay en la frontera. Biden negó que ese sea su plan, pero me tomó insistirle tres veces.
—Para que quede claro, no está considerando y no consideraría deportar masivamente a inmigrantes no mexicanos a México.
—Estoy diciendo que no hemos hecho eso.
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