Cada 12 años, los ciclos electorales de México y Estados Unidos se alínean. La última vez, en 2012, eso importó poco. Ni Barack Obama ni su oponente republicano, Mitt Romney, mencionaron a México en sus debates televisados.
Pero este año las cosas son distintas. México está en el centro de las discusiones que más dividen a su vecino al norte. Los cruces irregulares de migrantes alcanzan niveles récord y el Presidente Biden está bajo presión. El volumen de fentanilo confiscado en Estados Unidos a lo largo de la frontera también ha ido en aumento.
El debate en el Capitolio sobre política migratoria y la posible candidatura del expresidente Trump por el partido republicano pueden aumentar aún más la tensión. Y ahora, se suma a la ecuación el reciente reporte de ProPublica que vincula la primera campaña del Presidente López Obrador en México con el narcotráfico.
“Yo lo que quiero es que el gobierno de Estados Unidos se manifieste,” dijo AMLO en su conferencia mañanera de este jueves. “Porque el Presidente de México tiene autoridad moral y política. Y si no tienen pruebas, tienen que disculparse.”
Sobre Tim Golden, el periodista ganador del Premio Pulitzer y autor de la investigación de ProPublica, dijo: “Es un mercenario al servicio de la DEA. Calumnia impunemente, presenta un reportaje sin presentar pruebas.”
En otras ocasiones el Presidente López Obrador ha subido el tono contra Estados Unidos. Pero esta vez insinuó que el diálogo sobre los asuntos más importantes para los dos países podría estar en peligro:
“El Presidente Biden tiene que enterarse de esto porque, ¿cómo vamos a estar sentados en la mesa hablando del combate a la droga, si una institución de ellos está filtrando información y dañando a lo que represento?”
Imposible saber quién ganará las elecciones en Estados Unidos y México. Aún hay preguntas abiertas. Pero se hace evidente que las dos contiendas no solo ocurren simultáneamente, sino que se impactan una a la otra. Y existe el riesgo de que, en el camino, la relación bilateral se deteriore. Quedará ver si el daño se limita a este año doblemente electoral, o si será la nueva regla en los próximos cuatro.
@JulioVaqueiro