En años recientes, hay dos temas que han cobrado una mayor importancia, atención y consideración en todo el mundo.
El primero, tiene que ver con el rol que, en el contexto de un Estado democrático constitucional del siglo XXI, juegan activamente y que idealmente deben jugar en el ámbito público las múltiples y muy diversas juventudes existentes. El segundo, se relaciona con la visibilización y seria consideración de su capacidad de incidencia, peso específico y, sobre todo, la relevancia de su agencia a la luz de intereses políticos, sus alcances, efectividad y posibilidades de institucionalización o realización sustancial de cara a la construcción de mejores futuros. Esto, al efecto de abonar a la conformación de una ciudadanía culturizada en el marco de un amplio concepto de democracia. Es decir, una democracia que sustancialmente, se haga cargo de la riqueza que se encuentra en la pluralidad social, promueva su desarrollo y pueda capitalizarla en beneficio de todas las personas, en condiciones de apertura, inclusión y equidad.
Lo anterior ha ocurrido por virtud de la capacidad de movilización, coordinación y organización mostrada por grupos de jóvenes en todo el mundo que han aprovechado, para los más diversos fines, las posibilidades de expresión y comunicación global casi ilimitadas con las que las diversas redes, plataformas y medios digitales con los que hoy contamos como humanidad, les han provisto y tienen a su disposición.
En el marco de la lógica descrita, durante el mes de septiembre se realizaron las “Semanas Universitarias por la Transparencia 2022”, espacio de diálogo cercano con la comunidad universitaria logrado gracias al esfuerzo e impulso institucional conjunto por parte del INAI, la Facultad de Derecho de la UNAM y el INFO Ciudad de México, y al cual se han sumado diversos organismos garantes e instituciones de educación superior de todo el país; contando en esta primera edición con 10 universidades aliadas.
Estas Semanas formaron parte del proyecto “Sociedad Abierta”, mismo que reactivamos el pasado 18 de mayo de 2022 en el Aula Magna Jacinto Pallares de la Facultad de Derecho de la UNAM, con el apoyo y compromiso de nuestro Director el Dr. Raúl Contreras Bustamante, en coordinación con el Comisionado del INAI Adrián Alcalá Méndez.
Así, la intención detrás de las conferencias magistrales, conversatorios y mesas de debate estudiantil que se han realizado con la participación de integrantes de las juventudes universitarias es debidamente ambiciosa. Asimismo, sus fines son de una naturaleza compleja pero, sobre todo, y eso hay que subrayarlo, me parece que se encuentran debidamente cimentados en un enfoque proyectivo y alineado con los principios de progresividad, interdependencia, universalidad e indivisibilidad, aplicables en materia de derechos humanos.
Y es que, a través del ejercicio de diálogo referido, las instituciones mencionadas no solo buscan generar una vinculación directa y permanente con las y los jóvenes del país, una comunicación receptiva, responsable y multidireccional entre ellos y las instituciones del Estado mexicano y contar con espacios para su debida expresión y captación. También, en el marco de lo digital y sus desarrollos, el objetivo es aprovechar tales medios para conectar con las juventudes en los espacios en los que se encuentran y materializar la culturización antes mencionada para potenciar los alcances del probado uso instrumental que tienen el acceso a la información y la protección de los datos personales como derechos humanos que posibilitan el ejercicio, goce y disfrute de muchas otras libertades y derechos fundamentales en toda democracia.
Foros como las Semanas Universitarias por la Transparencia y su permanente generación son elementos de la mayor importancia porque en lo específico sirven a la impostergable necesidad de incorporar y promover eficazmente el acercamiento de las juventudes al diálogo público. Ello, mientras que para las instituciones de todo tipo representan una invaluable oportunidad para comunicarse con las personas y considerar, con apertura, si las arenas tradicionales e institucionalizadas con las que contamos para conducir dicho diálogo nos alcanzan para sumar exitosamente a las juventudes al mismo y, así gradualmente, desdibujar barreras aún existentes en materia de edad, clase, etnia e incluso territorio; las cuales, por lo general, impiden a las personas percibir lo importante y trascendente de sus propias agencia, incidencia y participación en el terreno de lo social que todas y todos compartimos. Sigamos por este camino.
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