La recuperación económica está perdiendo fuerza porque los motores internos se están desacelerando. Urge la inversión en infraestructura y garantizar el Estado de derecho para que prevalezca un entorno de certidumbre jurídica a los inversionistas.
Aunque en próximos días el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publique el dato del producto interno bruto (PIB) durante el segundo trimestre que muestre un crecimiento mejor al esperado, aún se vislumbra lejana la recuperación económica al finalizar el año.
Si bien los indicadores asociados a la producción tuvieron un crecimiento moderado hasta el primer semestre, razón que llevó a revisar al alza los pronósticos de crecimiento para 2021, en Consultores Internacionales, S.C. observamos que el sector industrial y el de servicios se están desacelerando hacia el tercer trimestre sin alcanzar aun los niveles previos a la crisis sanitaria.
El plan de infraestructura en Estados Unidos y el aprovechamiento del T-MEC son factores que inciden en favor de la industria; sin embargo, son insuficientes para revertir la caída de la producción en las industrias manufactureras, la tendencia alcista en los precios de diversos insumos y las distorsiones en la cadena de suministro por su consecuente escasez a nivel global.
Destaca la reciente caída de la producción automotriz en 26.5% anual durante julio, cuando en junio subió en 5.5% anual; a ello se suma la caída de las exportaciones en 23.6% anual en julio. Estructuralmente, persisten las discrepancias en reglas de origen y ámbito laboral establecidos en el T-MEC, muestra de ello fue la consulta de los trabajadores de General Motors en la planta de Silao, Guanajuato, en la que rechazaron el contrato colectivo con la Confederación de Trabajadores de México (CTM). La consulta fue producto de las inconformidades presentadas por Estados Unidos y representa una señal del rumbo que seguirán de ahora en adelante las relaciones laborales, tanto dentro del T-MEC, como en el interior del país.
Por otro lado, la resiliencia del sector servicios se explica por factores externos como la recepción del flujo de remesas que ha incidido en el comercio, pues constituyen un ingreso extra para las familias mexicanas. Además, es necesario tomar en cuenta que ha sido uno de los sectores con mayor afectación por los efectos del confinamiento, por lo que su recuperación depende del control de la emergencia sanitaria.
Ante este contexto, con la constante inseguridad y una crisis de confianza en el sector privado, es más que urgente impulsar un plan que permita encender los motores de la recuperación interna creando oportunidades para promover el empleo y reactivar las cadenas de valor.
Más allá del asistencialismo y de los proyectos con bajo impacto económico, urge la inversión en infraestructura y la garantía de un Estado de derecho que ofrezca certidumbre jurídica a inversionistas, tanto nacionales como extranjeros. De acuerdo con las previsiones de nuestro Modelo Macroeconómico Tlacaélel de agosto, sólo impulsando estas condiciones se logrará un crecimiento sostenido orientado a la recuperación.
En Consultores Internacionales, S.C. consideramos que, en tanto no se dé un impulso a la economía interna, los factores externos positivos se convierten en recursos poco aprovechados. Más aún, si persiste la ideología por encima de la razón, podemos incluso prever otra década perdida.
Presidente de Consultores Internacionales, S.C.