De acuerdo con el artículo 123 de la Constitución el salario mínimo debe ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de una persona jefe de familia en el orden material, social y cultural. Ciertamente este mandato no se ha cumplido, en virtud de que durante décadas el poder adquisitivo del mismo se había venido mermando de manera alarmante. Esta situación ha sido una de las banderas de la política social de la actual administración y en las que mejores avances se han logrado.
En este contexto, en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 se propuso como objetivo alcanzar un salario mínimo que cubra 100% de la línea de pobreza. Consecuentemente se realizaron múltiples negociaciones para poder elevar el salario mínimo cada año entre 15% y 20%, para ello se crearon dos zonas en las que se pagan salarios mínimos diferenciados: la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) y el resto del país.
La creación de la ZLFN está asociada a lo establecido en el T-MEC, respecto de alcanzar condiciones favorables en materia laboral, por lo que durante los primeros dos años los incrementos en cada zona fueron diferenciados, de 100% en 2019 y 7% en 2020 para la zona fronteriza, y de 16% en 2019 y 20% en 2020 para el resto del país. Para los siguientes años los incrementos fueron en la misma proporción, es decir, 15% en 2021, 22% en 2022, 20% en 2023, para 2024 el incremento recién anunciado será de 20%. Cabe recordar que el salario mínimo general a partir de enero de 2017 se integra por tres componentes: 1) el monto del salario mínimo general vigente del año inmediato anterior, 2) el Monto Independiente de Recuperación (MIR); y 3) un incremento porcentual sobre la suma de los dos componentes anteriores.
El deterioro del salario mínimo empezó a gestarse desde la época de las crisis y las altas inflaciones, en 1980 el salario real equivalía a valores de 2018 a 278 pesos diarios y para 2018 había caído a 88 pesos diarios. Con el incremento de 20% para 2024 el salario mínimo ponderado (promedio ponderado de ambas zonas) se habrá incrementado en 120% respecto de su valor en 2018, lo cual representaba únicamente 40% de la línea de pobreza de una familia, llegando a 194 pesos reales (259 pesos nominales), considerando una inflación anual de 4.3% para 2023 y de 4.1% para 2024.
Los aumentos logrados en el salario mínimo han contribuido en buena medida a la reducción de la pobreza, como los muestran los recientes resultados de la ENIGH, que muestra un incremento en los ingresos derivados del trabajo y el informe del Coneval, que señala que de 2018 a 2022 un total de 5.1 millones de personas salieron de la pobreza. Ciertamente no se puede dejar de lado la contribución de las transferencias monetarias que realiza el gobierno a través de los programas sociales y el creciente envío de remesas. De acuerdo con la Conasami, de esos 5.1 millones que salieron de la pobreza, al menos 4.1 se deben exclusivamente al salario mínimo.
Sin duda se ha avanzado en términos de justicia social; sin embargo, los incrementos del salario mínimo, que según la Conasami, benefician directamente a 8.9 millones de personas trabajadoras, 40% del total de inscritos en el IMSS, no se reflejan en un incremento en la productividad; no son, pues, salarios de eficiencia.
La productividad laboral se ha estancado desde hace varios años, entre los factores que mantienen esta situación se encuentran salarios poco remunerativos (el salario mínimo es de subsistencia) y no se acompañan de programas de capacitación, y adquisición de conocimiento competitivo. De igual forma la inversión, especialmente en Pymes es relativamente baja y no está enfocada en el desarrollo tecnológico que haga más productiva a la mano de obra.
Si se quiere elevar la productividad laboral es necesario implementar estrategias de mayor alcance, como lo es sin duda la política industrial, materializar la transferencia de tecnología que implica la inversión extranjera y elevar la capacidad y conocimiento de los trabajadores mediante programas de formación y desarrollo de talento.
Presidente de Consultores Internacionales, S.C.
