La dinámica de las remesas familiares observada en los últimos meses plantea una serie de cuestionamientos que resultan importantes para el análisis. Es innegable que se trata de una de las principales entradas de divisas a México y que ha sido uno de los paliativos más importantes para miles de familias que han solventado la crisis económica gracias a estos envíos, la pregunta es si esto será sostenible en el tiempo.

En el corto plazo, es decir un lapso de seis a 12 meses es muy posible que el monto mensual de remesas mantenga el nivel, aunque es complicado esperar que siga creciendo con el mismo dinamismo, de lo que no hay claridad es sobre el mediano y largo plazo.

Las remesas familiares enviadas por connacionales a México durante el mes de mayo llegaron a 4 mil 515 millones de dólares, alcanzando un máximo histórico. Con datos del Banco de México, se observa que este monto es 31.0% más alto que el del mismo mes en 2020, 36.1% mayor a lo observado en 2019 y 43% respecto de mayo de 2018.

Esta dinámica ha estado asociada directamente a los apoyos fiscales y económicos que se han dado en Estados Unidos, desde que inició la pandemia de Covid-19, principalmente a sectores esenciales como la construcción, la agricultura y varios servicios, sectores en donde tradicionalmente laboran mexicanos y mexicanas con arraigos familiares en nuestro país.

En adición a lo anterior, el repunte en la economía estadounidense, justo en los mismos sectores referidos, ha permitido a los connacionales aumentar el monto y número de envíos realizados, y es que no sólo se trata de un incremento del monto total de las remesas, se observa también un aumento del número de operaciones y del promedio de envíos por operación.

Según datos de Banxico, en mayo de 2021 se registraron 12.3 millones de operaciones de envío, con un promedio de 366 dólares por operación, mientras que 12 meses antes se observaron 10.8 millones con un promedio de 320 dólares.

En los meses siguientes es de esperarse que los apoyos que ha ofrecido el gobierno de Estados Unidos vayan atenuándose. No será de inmediato, pero la liquidez irá disminuyendo por lo que las remesas, aunque podrían mantenerse en el mismo nivel, dejarán de crecer tan rápidamente.

Las remesas son parte esencial del consumo de varias familias en México, que en general es de bajo valor agregado, enfocado principalmente en productos alimenticios y gasto corriente de los hogares. De hecho, las remesas tienen poca o incluso nula incidencia en variables macroeconómicas como la inversión y el ahorro.

No significa por supuesto que sean recursos estériles, no obstante, otros flujos de divisas tienen un mayor efecto multiplicador y aportación al crecimiento económico, como son la inversión extranjera, ya sea directa o en cartera, los ingresos por turismo y por supuesto las exportaciones.

En este sentido, resulta importante mencionar que un máximo histórico de remesas familiares no debe ser considerado bajo ningún esquema como un logro, por el contrario es una referencia clara de la imposibilidad de millones de mexicanos para encontrar espacios de trabajo y subsistencia para ellos y sus familias en México. Incluso es una buena medida del capital humano que ha perdido nuestro país a lo largo de decenas de años, dejando en muchos casos comunidades vacías y sin posibilidad de progresar.

Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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