El salto de 2021 no fue suficiente para recuperar la caída libre que en materia económica vivió el mundo en 2020. México, entre otras economías, ha evidenciado que se necesita más que solo tiempo para regresar las condiciones económicas y sociales a los niveles de 2019, pues lo crucial es, el ritmo de recuperación interna que va directamente de la mano con las decisiones de política pública.

La economía mundial, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), crecerá 5.9% al cierre de 2021 y 4.9% para 2022. A pesar de ello, la velocidad de recuperación en los países no ha sido la misma, y tampoco los indicadores muestran un mejor panorama para el balance de este año. En México, las proyecciones de crecimiento fueron ajustadas continuamente al alza y recientemente revisadas a la baja. En Consultores Internacionales S.C.® estimamos desde julio un crecimiento de 5.5% para 2021 y de 2.8% para 2022 ante la falta de reactivación de los motores del crecimiento.

El 2021 fue un año en el que la recuperación económica estuvo al margen de la contingencia sanitaria y de las políticas públicas acertadas.

Entre los eventos más destacados de 2021 resalta la inflación, fenómeno mundial por los choques en las cadenas de suministro ante la carencia de bienes y el alza de los costos de logística. En México estas distorsiones llevaron a una inflación general de 7.37%. Independientemente de las distorsiones, la inflación no subyacente se ha disparado particularmente por los precios de los energéticos, encarecidos a lo largo de todo el año, incluso por encima de los productos agropecuarios, es por ello que nuestras proyecciones señalan a un cierre de 7.6% para la inflación general de 2021.

El papel que ha desempeñado el Banco de México ha sido determinante para ofrecer condiciones de liquidez a la economía en tiempos de crisis, pero poco efectiva para anclar las expectativas inflacionarias de corto plazo resultando en un nivel de inflación por arriba del objetivo de 3% anual. La política monetaria tiene un reto importante para el próximo año ante los estrechos márgenes de maniobra de las condiciones económicas y su relación con la tasa de interés en Estados Unidos y otras economías.

Otro punto débil es la fragilidad del mercado laboral por la precarización de los empleos, la disminución de remuneraciones y de horas efectivamente pagadas y la inseguridad en su permanencia. La baja en ventas, la lenta recuperación y la falta de apoyos al empleo provocaron que las empresas, inevitablemente hicieran ajustes que, en algunos casos, revertirlos significaría despidos o el cierre de las empresas.

La alternativa de la población desempleada o subempleada ha sido la informalidad, que se ha recuperado con mayor velocidad que la actividad económica y la tasa de desocupación ya que, como proporción de la Población Económicamente Activa (PEA), pasó de 55.5% en marzo de 2020 a 55.7% en octubre de 2021. Lo que indica la lentitud con la que avanza la recuperación de los empleos formales perdidos y que tiene efecto directo sobre el consumo.

La apuesta por estimular la recuperación económica vía el consumo interno fue insuficiente por su dependencia de las importaciones y la debilidad económica de empresas y hogares por lo que su efecto se diluye. Por otro lado, las políticas públicas han enviado mensajes encontrados a la inversión provocando un débil crecimiento en la inversión fija (en construcción y en infraestructura), así como en inversión de cartera la cual ha presentado importantes salidas de capital extranjero. Se requiere de inversión para crecer y de mensajes claros que den certidumbre para atraer y retener al capital.

En resumen, este año no podemos hablar de una recuperación con forma de V por rebote inmediato, por el contrario, la pandemia demostró que los gobiernos no tienen medidas para situaciones de estrés y tampoco la infraestructura necesaria. Igualmente se evidenció que las economías no son escenarios sólidos con planes de anticipación de largo plazo, por lo que la planeación y la coordinación en políticas públicas son más importantes con el paso del tiempo.

Para 2022, si bien no se cierran las puertas al camino del crecimiento, la realidad muestra que no llegará pronto. Los golpes de realidad con el incremento en la pobreza y con nuestro pronóstico de crecimiento anual de 2.8% para el próximo año, demuestran que la brecha continuará al menos hasta el 2023 en términos de crecimiento, quizá de una década o más en términos de desarrollo.

En este último artículo del año 2021, en Consultores Internacionales, S.C. esperamos seguir contando con su confianza y preferencia, como desde hace más de 52 años, ponemos a su disposición nuestra experiencia con futuro. Muchas felicidades y nuestros deseos de mucha salud y éxito.

Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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