En medio de un contexto de alta incertidumbre económica, se prevé un Paquete Económico 2022 tendencial; es decir, sin sorpresas y sin considerar una visión de recuperación. Sin duda, se pierde una oportunidad para impulsar el crecimiento económico mediante uno de los instrumentos más importantes del Ejecutivo federal en materia de planeación económica.

El Paquete Económico se compone de los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), la Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación (LIF), el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) y la Miscelánea fiscal.

En marzo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presentó los Precriterios Generales de Política Económica, en donde anticipó una recuperación gradual de la actividad económica en su conjunto, lo que motivó a revisar al alza la estimación del PIB, pasando de 4.6% a 5.3% para 2021 y a estimar un crecimiento de 3.6% en 2022. A ello se suma el optimismo de incrementar los recursos públicos como efecto de la eficacia administrativa en la recaudación tributaria, razón por la cual se cree que existe un margen de maniobra en el gasto social sin recurrir al incremento en deuda pública.

El problema a lo anterior es que, aunque las perspectivas macroeconómicas son optimistas, ni los Precriterios ni el Paquete Económico 2022 consideran una visión hacia la recuperación. Por un lado, la actividad económica requiere de un fuerte impulso a la inversión que, al menos durante los últimos dos años, se ha contraído en sus componentes público y privado.

El tema con la inversión es que los recursos se han canalizado a tres pilares de menor retorno: un mayor gasto social, la mejora financiera en Pemex y el impulso a los proyectos bandera de la actual administración que, bajo la ilusión de crear nuevas fuentes de empleo y dar un impulso al desarrollo regional, se han convertido en recursos que necesitan ser redirigidos.

En este contexto, la política fiscal se enfrenta al reto de proveer los servicios públicos (salud, educación, seguridad, otros) a través de ingresos comprometidos que no pueden incrementarse por la falta de medidas que amplíen la base tributaria.

Bajo esta premisa, se espera un Paquete Económico 2022 similar a los anteriores, que privilegie la “vocación social” de la actual administración y dependa, en buena medida, de los ingresos petroleros derivados de una empresa que representa un elevado riesgo para las finanzas públicas.

Asimismo, continuará la política de austeridad y responsabilidad fiscal reduciendo las medidas contracíclicas orientadas para promover la recuperación. Sin reforma fiscal, lo único que queda en su lugar es una miscelánea orientada a hacer mejoras administrativas y continuar con la fiscalización a los contribuyentes.

Infortunadamente, el Paquete Económico 2022 no estará orientado hacia una recuperación de la economía, lo que resulta paradójico ya que sin crecimiento, la recaudación fiscal no puede aumentar y, sin ello, no se puede financiar el gasto social, por lo que dificulta mejorar el desarrollo económico.

Ante un Paquete Económico indiferente, en Consultores Internacionales, S.C. prevemos que la recuperación provendrá de los estímulos económicos en Estados Unidos, el cada vez mayor ingreso por remesas y la inversión privada que requerirá de la garantía de un Estado de derecho que propicie certidumbre en el clima para hacer negocios.

Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

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