La apuesta por estimular la recuperación económica vía el consumo interno es una medida que ha resultado inefectiva debido a la alta dependencia de las importaciones. Más que el consumo, la recuperación debe centrarse en la producción y en la generación de nuevos y mejores empleos.
El consumo interno privado es el componente más importante que explica la demanda agregada, al representar 49.3% del total. Otros de los componentes son el consumo del gobierno (9.4%), la formación bruta de capital fijo (13.0%) y las exportaciones (28%). Por su importancia es que se espera que al incrementar el consumo interno, crezca la demanda y, por lo tanto, la producción; sin embargo, esta condición no se ha cumplido.
Lo que se consume es producido en el país o proviene de las importaciones. Según el Inegi, en 2010 las importaciones explicaban 46.2% del consumo privado interno total. Al primer semestre de 2021, las importaciones representan 67.2% del consumo total. Esto significa que consumir más no necesariamente demanda una mayor producción nacional, y por tanto, un crecimiento económico.
En 2019 la economía registró un crecimiento anual de -0.2% respecto a 2018; en ese periodo, el consumo interno fue de 0.7%, explicado más por la dinámica de las importaciones que por la mayor demanda de lo hecho en México. Entre 2020 y 2021, la contracción y la recuperación económica de las importaciones han sido más marcadas que lo mostrado por los bienes nacionales. La mayor recuperación de las importaciones es indicio de una mejora del mercado interno, pero ello no significa que tenga efectos directos en la producción, su impacto se diluye.
Entonces, ¿qué explica esta incipiente e insuficiente recuperación económica? Hasta ahora, el desempeño de la economía de Estados Unidos que, mediante un mayor crecimiento de las exportaciones ha estimulado la producción nacional. A agosto de 2021, el crecimiento acumulado de las exportaciones ha sido de 24.1% comparado con el mismo periodo de 2020. El crecimiento de la economía estimado por Consultores Internacionales, S.C. al cierre de 2021 es de sólo 5.6%, cifra inferior a la caída de -8.2% en 2020.
En los últimos meses, las exportaciones han mostrado un menor crecimiento por la desarticulación de las cadenas globales de valor. Recientemente las importaciones se han incrementado mostrando mayor fortaleza del mercado interno, pero no traducido en la producción.
Esta dinámica de crecimiento orientada hacia afuera desde los últimos treinta años es el resultado de diversas políticas que han favorecido el comercio exterior como importante motor de crecimiento y su mayor exponente ha sido el TLCAN, ahora T-MEC.
Las medidas de política económica de la actual administración tienen por objeto cambiar de dirección este modelo económico; sin embargo, las políticas públicas que han impulsado para lograr su objetivo han surtido poco efecto para aminorar la caída en 2020 y también para acelerar la recuperación en 2021.
El mayor gasto en política social destinado en transferencias monetarias que buscan estimular el crecimiento tienen un alto costo de oportunidad al no destinarse en apoyar a las Pymes y la generación de nuevos empleos dignos en mejores condiciones. Si el cambio de modelo económico es positivo o no, solo el tiempo lo dirá, lo cierto es que los resultados de la insuficiente recuperación demuestran que no era el momento correcto. Después de todo, la crisis no cayó como anillo al dedo.