En 2020 el número de personas en condición de pobreza en México se incrementó por efecto de la crisis económica y sanitaria; sin embargo, dos de cada tres municipios redujeron su nivel de pobreza previo. Más personas en pobreza, mayormente concentradas: ¿qué lección nos enseña el análisis de la pobreza a nivel municipal para los próximos diez años?
La pobreza para México es un reto histórico y objetivo principal en la búsqueda del crecimiento, el desarrollo económico y el bienestar. Es por ello, y por su relevancia en el diseño de políticas públicas, que su análisis es prioritario y, en ese sentido, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publicó recientemente los datos de pobreza por municipio para los periodos 2010, 2015 y 2020.
En 2020 se estimaron 55.6 millones de personas viviendo en condiciones de pobreza (44.5% de la población total), número superior en 3.3 millones al compararse con 53.4 millones estimados en 2015 (44.0% del total). Los estados con mayor porcentaje de personas en pobreza respecto del total de su población continúan siendo Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla y Veracruz; sin embargo, en cinco años hubo una reconfiguración significativa en los municipios.
Entre 2015 y 2020, en todas las alcaldías de la Ciudad de México se incrementaron los niveles de pobreza, seguida por Tabasco, Quintana Roo, Sonora y Querétaro, entidades con el mayor número de municipios que subieron su nivel de pobreza. Por el contrario, en Michoacán 103 de sus 113 municipios redujeron su nivel de pobreza, seguido de Oaxaca, Zacatecas, Chiapas y Guerrero, que redujeron la pobreza en más de 60% de sus municipios.
La reducción de más de 720 mil personas en condiciones de pobreza en Michoacán, Baja California y Oaxaca es una lección que las demás entidades deben considerar al realizar su planeación social. En el otro extremo, el que se hayan sumado 2.1 millones de personas en condición de pobreza en el Estado de México, la Ciudad de México y Veracruz, no solo significa un retroceso en sus políticas, sino una señal importante de que, en caso de no corregir, el cinturón de pobreza se moverá paulatinamente de la región sureste hacia el centro del país.
Estados como Chiapas y Guerrero lograron bajar la pobreza en 72% y 65% de sus municipios, respectivamente; sin embargo, ampliaron la base de personas pobres. En suma, no disminuyeron los niveles de pobreza entre su población: sólo se concentró entre los municipios restantes.
En todo caso, cualquier esfuerzo sigue quedándose corto, pues de 2 mil 469 municipios de la República Mexicana, en más de 66% reportan a más la mitad de su población en condiciones de pobreza. Aunque se tienen identificados 8 mil 396 programas y acciones de desarrollo social en todo el país, la estrategia no está resultando en reducir la pobreza y tampoco en disminuir la desigualdad y la marginación.
Si bien los últimos años no fueron los mejores para tener resultados en materia social, tampoco lo será 2021, considerando una tasa de desocupación de 4.2% y la inflación en 7.37%. El nivel de desempleo y de inflación abona mayor urgencia y precisión a la implementación de proyectos con visión de largo plazo.
El aspecto rescatable de este análisis es detectar en dónde se tiene un mayor avance de la política social y de la coordinación de los tres órdenes de gobierno, y cómo replicar las lecciones en el resto de los estados. En la experiencia de Consultores Internacionales, S.C. con gobiernos estatales y municipales, los análisis de vocaciones regionales y los planes de gran visión han arrojado resultados positivos.
Más que sólo transferencias para el desarrollo social o pensar que un problema de décadas se pueda resolver en un lustro, se necesita orquestar una estrategia coordinada, desde lo federal hasta lo local, en contacto directo con la población. La estructural disminución de la pobreza sólo se logrará mediante el diagnóstico acertado y la planeación que ataque el problema de raíz.
Presidente de Consultores Internacionales, S.C.