Ante una situación económica donde el crecimiento se ha desacelerado y con los factores principales de crecimiento económico (consumo, comercio e inversión) debilitado, se espera una respuesta concreta por parte del gobierno para buscar reactivar la economía. La respuesta inicial parece venir de parte de Banxico, que ha vuelto a reducir su tasa de referencia ahora en 25 puntos base, lo que a su vez aporta a incentivar el crecimiento. Sin embargo, para retomar un camino de crecimiento más sólido hará falta más que reducir las tasas, una política económica integral por parte del nuevo gobierno, el cual no ha dado aún indicios claros de la misma.
Banxico ha comunicado que su razón para reducir la tasa de referencia proviene, primero de la continua tendencia a la baja que se observa en la inflación subyacente, que se sitúa en 4.0% al cierre de agosto y sobre la cual estiman podrá converger con la meta de 3% a finales del próximo año. Las otras razones que comunica son la mitigación de volatilidad en los mercados financieros internacionales, la reducción de tasas internacionales y particularmente la reducción de la Fed en septiembre de 50 puntos base, segunda reducción consecutiva por parte de su similar estadounidense.
De igual forma el banco central expone que su política monetaria será menos restrictiva, incluso dando a conocer sus intenciones de continuar reduciendo la tasa de referencia. Asimismo, está considerando la debilidad de la actividad económica actual, buscando impulsarla, si es posible, a pesar de que no es parte de su mandato.
El cambio de postura de Banxico es en efecto un inicio hacia una reactivación económica, pero no debería ser la única herramienta utilizada, ni se debe depender sólo de ella. Las fallas económicas son más profundas y requieren de un plan económico amplio que abarque a los factores productivos y recupere las expectativas del país. La economía se ha deteriorado tras la recuperación post pandemia, lo que no sólo se debe a las altas tasas que se han aplicado para controlar la inflación y a los factores externos, sino que deriva principalmente de factores internos. En los últimos años se ha observado una falta de incentivos a la inversión, un alto gasto de gobierno que no ha sido productivo y ahora las reformas legales e institucionales que tendrán impactos de corto, mediano y largo plazo.
Una buena política económica debe incluir una estrategia para el gasto público más eficiente y productivo en proyectos que sí generen retornos a largo plazo, incluso apoyar a la población más a través de las Pymes que mediante políticas de bienestar. Será importante considerar el crédito público buscando aliviar la situación de las deudas privadas y las restricciones crediticias que ya se convierten en un problema. Continuar impulsando sectores estratégicos y la infraestructura productiva a través de una política industrial, que podría complementarse con una política comercial que continúe nuestra integración regional. Además de buscar fomentar las inversiones que son las que más podrían beneficiarse de las reducciones a las tasas.
Es importante considerar los riesgos tanto externos como internos que enfrenta la economía y que podrían condicionar los resultados de las políticas instrumentadas. Entre los riesgos globales destacan: las elecciones estadounidenses, el agravamiento de las tensiones geopolíticas, la prolongación de las presiones inflacionarias, mayor volatilidad en los mercados financieros y, en menor medida, los retos para la estabilidad financiera y una elevación de los precios energéticos.
Entre los riesgos nacionales se encuentran la posible baja en la calificación crediticia soberana, debido a la percepción de un elevado riesgo país, que podría verse agudizado si el gabinete económico genera una discontinuidad en la aplicación de la política económica. De igual forma, hay que tener en cuenta la posibilidad de un repunte inflacionario.
Es evidente que una sana economía es clave para poder expandir el presupuesto y dedicarlo a lo que se ha prometido, la cuestión es que el gobierno que recibe la presidenta se encuentra muy limitado. Para que pueda comenzar a repartir el dinero con sus políticas de bienestar, primero requiere de una mejor capacidad de generarlos.
Presidente de Consultores Internacionales, S.C.