El fenómeno conocido como el superpeso ha mantenido a los agentes económicos en una suerte de contrapunto sobre los efectos positivos y los riesgos que podría estar implicando que la moneda mexicana continúe fortalecida frente al dólar por un largo tiempo. Nosotros planteamos que la sobrevaluación, que es producto de la conjunción de factores particularmente financieros, se mantendrá durante el segundo semestre del año, con muy ligeras variaciones.

Basados en el modelo de la Paridad del Poder de Compra estimando el tipo de cambio real teórico, determinamos que en lo que va de 2023 el tipo de cambio nominal se encuentra desalineado alrededor de 13.6%, lo que implica que un precio de equilibrio debe rondar entre 20.0 y 20.65 pesos por dólar, frente a un tipo de cambio nominal que promedia 18.17 pesos por dólar y que continúa bajando.

El margen de sobrevaluación (o apreciación) puede tener impactos en distintas variables económicas, en especial el comercio exterior. Por un lado, las importaciones se han venido incrementado conforme se aprecia el peso frente al dólar: en lo que va de 2023 han aumentado 7.08%, lo que sustenta el planteamiento de que los importadores se están beneficiando.

Sin embargo, destaca que las exportaciones también muestran una tendencia creciente con un crecimiento de 5.02% en la misma comparación; ante esta situación, el déficit comercial se mantiene estable e incluso reduciéndose. En este contexto, los impactos del superpeso en el comercio son relativos, sobre todo las empresas manufactureras no son exportadoras puras, ya que tienen un contenido importado, y el efecto de la apreciación puede resultar neutro.

Lo anterior implica que el comercio está respondiendo a otros factores, entre ellos al crecimiento positivo de la economía que se ha registrado durante este año. A medida que crece la economía, la producción nacional se ve incentivada, así como el consumo, lo que incrementa las importaciones. De igual manera, la mejoría en la demanda exterior, sobre todo de Estados Unidos, impulsa las exportaciones. Adicionalmente, el incremento en la inversión extranjera (producto o no del nearshoring) se refleja en las mayores ventas al exterior.

Ahora bien, la sobrevaluación también impacta en otras variables económicas como los márgenes de ganancias de las empresas y el poder adquisitivo de las remesas, las deudas en dólares y el turismo, entre otros. Por ello, la preocupación sobre cuánto más se puede mantener la moneda sobrevaluada cobra relevancia.

El superpeso es producto de factores financieros, en particular el diferencial de tasas de interés, lo cual atrae capitales, y la destacada entrada de remesas que se ha convertido en una de las más importantes fuentes de recursos al país, escenario que impulsa a una mayor demanda del peso mexicano. En este contexto, la relativa fortaleza de la economía que se encuentra en recuperación nos lleva a sugerir que no se presentará una corrección súbita en el tipo de cambio, sino que sería gradual.

Sin embargo, no se pueden soslayar riesgos como un debilitamiento de la economía estadounidense; posible astringencia en las finanzas públicas ante la reducción de ingresos y el consecuente aumento en el déficit público, y una posible reducción en el diferencial de tasas de interés. El superpeso se mantendrá lo que resta del año; pero es necesaria la comprensión exhaustiva de las dinámicas del mercado cambiario para administrar de manera efectiva el tipo de cambio y estar preparados ente escenarios de volatilidad financiera.

Presidente de Consultores Internacionales, S.C.

--ROBERTO JIMÉNEZ

(044-55) 1644-9020

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